Desde Corrente Vermella mostramos toda nuestra solidariedad con la compañera Laura Bugalho que este martes 7 de junio se celebra juicio contra ella, donde la fiscalía la acusa de un supuesto delito de falsificación documental continua, pidiendo 3 años de cárcel.

En el 2009 Laura Bugalho, sindicalista de la CIG, técnica del Departamento de Migración y miembro de la dirección, militante de esta organización desde hace 24 años. Su labor dentro de este departamento era atender tanto a las personas emigrantes retornadas como a inmigrantes en cuestiones laborales, también en la escolarización de niños e niñas, asistencia médica, vivienda, etc.

Laura ayudó a destapar en 2009 un entramado que desembocó en la denominada Operación Peregrino, que investigó la llegada de 57 personas de origen marroquí, traídas al Estado bajo promesa de un empleo, previo pago de cerca de 10.000 €. Tras ser abandonadas literalmente durante un mes en Andalucía, fueron reclamadas por diferentes empresas del metal gallego para trabajar por menos de la mitad del sueldo que figuraba en sus nóminas. En esta trama, ademas del empresario estaba implicado un trabajador del Centro de Información para Trabajadores Extranjeros de CC.OO y también alguien de Extranjería de la comisaria de Compostela. Desde ese momento, denuncia públicamente la mafia empresarial y policial, y comienza a sufrir un acoso continuado por parte de la policía, es vigilada, hay un robo en su casa. La policía irrumpe en su despacho de la CIG, confisca su ordenador y la detiene durante 48 horas, donde sufre vejaciones relacionas con su condición de trans y gallego hablante. El comisario jefe se dirige a ella con un «por fin te cogí, Laura». 

Su historial de activista pasa por haber sido la cara visible del movimiento trans galego, feminista, independentista, de defensa de los derechos de las personas presas y de aquellas presas políticas vinculadas a la soberanía de los pueblos, especialmente gallego y vasco. A causa de esta trayectoria, Bugalho recibe ahora el apoyo de cientos de colectivos y miles de personas que, a nivel internacional, piden que su causa sea desestimada judicialmente, ya que consideran que este proceso es una venganza por toda esta trayectoria y concretamente por haber ayudado a destapar la trama mafiosa que operaba en Galicia en connivencia con parte del empresariado y agentes de policía.

Este juicio contra Laura es uno más de los cientos de juicios políticos que, desde hace años, se vienen produciendo contra la clase trabajadora y los sectores oprimidos, desde los trabajadores de Vigo Carlos y Serafin, pasando por los trabajadores del mar a los que les piden 48 años de cárcel, hasta Bodalo, Alfon, …, la represión y los juicios son la respuesta que desde el gobierno y el régimen tienen para los movimientos sociales que enfrentan sus políticas de recortes y austeridad.

Como no es un problema individual no llega con pedir indulto a indulto, desde las organizaciones sindicales, sociales y políticas la lucha pasa por exigir al nuevo gobierno que decrete la amnistia total para todas las personas activistas procesadas o sancionadas por defender los derechos laborales, sociales y políticos de la población.