Como ya viene siendo habitual, el sindicalismo de clase y combativo volvió a salir a la calle este 1º de Mayo, “Día Internacional de la Clase Obrera”. Sin embargo, en esta ocasión, la manifestación se ha celebrado en una coyuntura muy distinta a la de años anteriores: el fracaso en las negociaciones de un gobierno de coalición, tras los resultados de las elecciones del pasado 20-D y el anuncio de repetir las mismas el próximo 26-J.
Por Antonio Rodríguez
La manifestación, que arrancó a las 12,00 de la mañana de la Plaza de Legazpi, iba encabezada por la pancarta unitaria de los sindicatos convocantes (CGT, Solidaridad Obrera, SAS, Sush, Co.Bas, AST, CSC y la Plataforma Sindical de la EMT). Durante el desarrollo de la manifestación se quiso dejar bien claro que, para los trabajadores nada ha cambiado, que el paro, las agresiones y la precariedad continúan y que como el propio lema de la pancarta central señalaba, “Gobierne quien gobierne, los derechos se defienden”. Asimismo, participaron en esta manifestación diferentes organizaciones políticas y sociales y las “Marchas de la Dignidad”, que desde hacía ya varias semanas, habían resuelto hacer un llamamiento expreso a participar en la misma.
La combatividad de las miles de personas que acompañaron el recorrido de la manifestación fue una constante, destacando una vez más y de manera especial, el cortejo del sindicato Co.Bas encabezado por la pancarta “Gobierne quien gobierne, la lucha continúa, Derogación de las Reformas Laborales” junto a Corriente Roja cuyo lema de la pancarta decía “No hay cambio, sin lucha obrera”. Una combatividad que se hizo notar en las canciones y numerosos gritos de denuncia y exigencia que allí se corearon: No hay, no hay, no hay otra manera, gobernar “pa” la Troika, o “pa” la clase obrera; Venga quien venga, que no les quepa duda, contra las Reformas, la lucha continúa; Venga quien venga, derogar las reformas y no pagar la deuda; La Unión Europea, expulsa y apalea; Libertad, libertad, detenidos por luchar. Estas fueron las consignas más repetidas y acompañadas hasta la llegada a la Plaza Reina Sofía.
Otro de los aspectos a destacar durante la manifestación fueron las repetidas muestras de solidaridad con los trabajadores de Extruperfil de Sevilla, con la presencia de varios carteles y con la venta de chapas solidarias para reforzar su caja de resistencia. Y también, como no podía ser de otra manera, la solidaridad y apoyo con los refugiados que hoy continúan sufriendo un trato absolutamente denigrante por parte de los gobiernos e instituciones y cuya cabeza visible es la UE. Por último, el apoyo a los activistas que hoy se encuentran presos en la cárcel por luchar en la calle, como los compañeros Alfon, Bódalo, Nahuel, etc…
La manifestación concluyó con la lectura del manifiesto unitario desde el escenario central, por parte de May Assir, militante de Corriente Roja, y la mención y el recordatorio de nuestro compañero Alfredo (trabajador de la EMT, afiliado a Cobas y de Corriente Roja), junto al grupo de rock sevillano Reincidentes, a la lucha heroica de los trabajadores de Extruperfil.