El 16 de marzo estuvimos presentes en la I Marcha de los y las eventuales del SERGAS en Santiago. Como era de esperar la convocatoria fue un éxito porque estaban presentes trabajadoras del SERGAS que tuvieron que cambiar su día de descanso, otras estuvieron con sus hijos, y otras tuvieron que marchar pronto para entrar a trabajar en los turnos de tarde. Todas ellas hicieron todo lo posible por estar allí para visibilizar que EXISTEN y EXIGEN.
Por Corrente Vermella
Las primeras en llegar fueron las de Santiago a la plaza del Obradoiro y poco a poco se fueron sumando Pontevedra, Ourense, Monforte, y al final con un poco de retraso las de Vigo, el grupo más numeroso. Todas y todos con globos de colores pintados con su deseos y sus penurias.
Todo el camino hasta las puertas de San Caetano (edificios administrativos de la Xunta) fueron cantando sus exigencias, sus denuncias y, como no, hasta un cántico que no falta en una movilización de mayoría mujeres, una rianxeira «ondiñas veñen, ondiñas veñen e van, os contratos veñen e van, e miñhas perspectivas polo mobil se van». Este cántico es muy significativo porque este personal vive pendiente de la llamada del móvil para cada contrato, pueden contratarlas hasta por horas y tener varios en un día para un servicio diferente. También denuncian que los derechos, como pueden ser las vacaciones, dependan de la «voluntad» de cada área, al no existir un reglamento único para todo el personal del SERGAS. Reclaman unas oposiones ajustadas a las necesidades del servicio que remate con una precariedad laboral que puede llegar a tener mas de 400 contratos un año, con una vida laboral de muchas página, que al final de la manifestación, fueron entregadas en el Registro de la Xunta para que el Consejero no diga que mienten.
Al final de la manifestación, el comunicado fue leído por una compañera de la Coordinadora Antiprivatización de la Sanidad Pública de A Coruña, pues exigen una sanidad pública al 100% y dicen que la lucha tiene que ser tanto de las y de los usuarios y pacientes como de los y las trabajadoras de la sanidad.
Fue un éxito a pesar del boicot expreso a la movilización por parte de los sindicatos mayoritarios en el sector y la lucha tiene que continuar.