Solo transcurrieron 24 horas desde que se dieran a conocer los malos resultados electorales de los partidos del gobierno de coalición el pasado 28-M, hasta que Pedro Sánchez anunciase el adelanto de las Elecciones Generales para este 23 de julio. Esta calculada urgencia sirvió al PSOE de Pedro Sánchez como golpe de efecto para evadir la autocrítica ante la pérdida de 5 gobiernos autonómicos y más de 400.000 votos en las Municipales, además de reforzar la idea central de su campaña electoral y la de los que quieren gobernar junto a él: el voto “útil” contra la ultraderecha.

¿Por qué avanza la ultraderecha ante el gobierno más progresista de la historia?

Si la realidad atendiese al relato de “el gobierno que esta cambiando el pais”, no existiría descontento social. Pero la realidad en la que vivimos la clase trabajadora se impone a su discurso, que intenta embellecer un panorama social en el que sólo le va bien a una minoría privilegiada.

Pese al autobombo de ser el gobierno que ha conseguido la inflación más baja de Europa durante el mes de junio (1’9%) nos encontramos con un recorrido que deja una inflación acumulada del 11’76% desde junio de 2021, por lo que la pérdida de poder adquisitivo de la clase trabajadora seguirá vigente, ya que al cierre de 2022 los salarios solo subieron 2’8% de media. A esto se suma que la UE exige reeditar las reglas de estabilidad presupuestaria en 2024. Gobierne quien gobierne, tendrá que ajustar el déficit público al 3% (incluido en el vigente Plan de estabilidad 2022-2025 enviado a Bruselas) y enfrentar el problema de la deuda pública, lo que se traducirá en recortes a todo lo público, incluyendo las pensiones.

Ante “el hito” de la Reforma Laboral “progresista” de Yolanda Díaz, nos encontramos con un mercado laboral donde la gran mayoría de contratos son a tiempo parcial, dejando sueldos de miseria. Un mercado laboral donde los contratos temporales se han reconvertido en fijos-discontinuos para falsear las estadísticas y donde al indefinido le pueden despedir igual de barato que con la Reforma de Rajoy.

Mientras, el sector de las energéticas ha duplicado sus ganancias con respecto al 2022, año en el que ya batieron récords, y la Banca ganó 5.696 millones de euros sólo en el primer trimestre, un 13% más que en el mismo periodo de 2022.

También se vanaglorian de haber aprobado, ya en el último año de mandato, una Ley de Vivienda, que es un fraude total,con una enorme campaña de propaganda que ni siquiera prohíbe los desahucios (durante su “escudo social” se ejecutaron 79.628 y ahora hay 56.000 procedimientos abiertos).Tampoco resulta esperanzadora la promesa electoral de Pedro Sánchez de poner a disposición 50.000 viviendas de la Sareb (“el banco malo”) para el parque de vivienda pública. Además de que harían falta 1.400.000 viviendas más para llegar a la media europea, lo que hay detrás del anuncio es que las administraciones compren unos pisos que en su día ya fueron rescatados con dinero público, mientras regalan suelo público a la empresas privadas para que hagan negocio construyendo viviendas “a precios más asequibles”. En contraste con la infrainversión en vivienda pública, nos encontramos con que “el gobierno progresista” aprobó el mayor presupuesto militar de la historia para este mismo año.

Tampoco cumplieron sus promesas de derogar la Ley Mordaza o cerrar los CIEs…

Entonces, ¿estamos ante una ola reaccionaria?

La explicación al avance de la ultraderecha que dan el PSOE y los aspirantes a formar una nueva coalición con él, es que la gente se está “derechizando” por ciencia infusa, ya que según ellos mismos, no podrían estar haciéndolo mejor.

Como venimos exponiendo, hay muchos motivos para que las capas empobrecidas de la sociedad se alejen de las “políticas progresistas”, pues estas perpetúan y profundizan la precariedad de la mayoría en favor de la patronal. Pero este distanciamiento no se da únicamente hacia la derecha: este 28M hemos comprobado que la abstención, el voto blanco y el nulo han ganado entre amplios sectores de la clase obrera más empobrecida y precaria, que no ven ninguna utilidad en votar en esta democracia para ricos, en la que la supuesta izquierda incumple sus promesas o hace lo contrario cuando llega a las instituciones, mientras prosigue con falsos discursos. En 104 municipios que coinciden por tener los niveles de paro y pobreza más altos del Estado, la abstención ha llegado a superar el 50%.

¿Y SUMAR?

SUMAR es el nuevo paraguas de la izquierda institucional a la izquierda del PSOE tras el descalabro de Podemos. Su proyecto no es ni siquiera reconducir las luchas y las movilizaciones surgidas tras el 15M al redil de las instituciones, como hizo Podemos. Ahora se trata de encauzar el descontento, el miedo a la derecha y el voto de resignación, para reeditar un nuevo gobierno de coalición con el PSOE en los marcos del régimen monárquico burgués, perpetuando el bipartidismo al que Podemos se sometió hasta su propia aniquilación.

¿Cómo combatimos a la derecha y la ultraderecha?

La derecha y ultraderecha se consolidan en oposición a una supuesta izquierda que perpetua los problemas sociales. Sin acabar con las condiciones sociales que permiten el fortalecimiento de la derecha y ultraderecha, ésta seguirá estando presente. Una supuesta izquierda que vela por el mantenimiento de las clases sociales y no plantea la ruptura con un Régimen monárquico heredero del franquismo ni la depuración de la judicatura de jueces franquistas, una izquierda que no dota de recursos a las leyes contra la violencia machista y LGTBIfóbica ni deroga la Ley de Extranjería, es una izquierda que siempre dará oxígeno político a la ultraderecha.

El arma más potente que tiene la clase trabajadora es su organización independiente, no sólo contra la ultraderecha, sino también contra aquellos gobiernos que en nombre del progresismo, aplican las políticas hambreadoras que avivan la llama reaccionaria entre las masas que, sin una alternativa socialista real, aceptan la falsa salida del racismo, la LGTBIfobia, el machismo y el españolismo contra el resto de nacionalidades del Estado. 

Es por ello que este 23-J desde Corriente Roja llamamos al voto nulo, voto de protesta. Porque las medidas que necesitamos no las vamos a conseguir votando cada cuatro años a quienes se hacen llamar progresistas para terminar haciendo políticas de derecha. Tenemos que arrancárselas a los capitalistas y sus gobiernos, desde las calles, los barrios y los centros de trabajo. Esta es la única manera de enfrentar el avance institucional de la derecha y la ultraderecha, su ofensiva ideológica, la amenaza y ataque a nuestros derechos democráticos.

Combatamos a la derecha, la ultraderecha y a todos los gobiernos capitalistas con un Programa de lucha por:

  • Unos salarios dignos, por su actualización obligatoria y automática según el IPC
  • El combate al desempleo: reducir la jornada sin reducir el salario
  • La derogación de las Reformas Laborales de 2010, 2012 y 2021
  • La regularización de la población inmigrante indocumentada en territorio estatal
  • Una Sanidad; Educación y pensiones 100% públicas
  • Ningún desahucio sin alternativa habitacional adecuada, por un parque público de viviendas de alquiler social, expropiando los pisos vacíos en manos de la Sareb y la Banca
  • Expropiación de los sectores estratégicos de la economía para una planificación económica al servicio de las necesidades sociales y la sostenibilidad ambiental. Expropiación de la Banca y sistema de crédito estatal para tal fin
  • Reforma Agraria: expropiar los grandes latifundios para que pasen a ser explotados colectivamente por l@s trabajador@s agrícolas, bajo criterios de sostenibilidad ambiental
  • ¡Por el derecho de autodeterminación de los pueblos! ¡Referéndum vinculante para poder elegir entre Monarquía y República! ¡Por una Unión Libre de Repúblicas Socialistas Ibéricas!
  • ¡s recursos para prevención, atención y protección contra el racismo, el machismo, la transfobia y lgtbifobia! No al pago de la deuda: ¡no pagaremos su especulación con nuestros Servicios Públicos!
  • ¡Medidas de urgencia contra el cambio climático! Recursos para proteger a la población de lo efectos inmediatos del calentamiento global y reconversión económica por y para la mayoría social ¡no a la producción contaminante para el beneficio capitalista!
  • ¡Fuera la UE y el Euro! ¡Por una Europa socialista de l@s trabajador@s y los pueblos.