¡Basta ya, ni una más, no queremos ni una menos! Este grito fue el más coreado el sábado 7 de noviembre de 2015 en las calles de Madrid. Decenas de miles, hombres y mujeres, participamos ayer en la manifestación estatal convocada contra la violencia machista. Procedentes de numerosas ciudades y pueblos del estado llegaron para unirse a la movilización, cientos de autobuses cargados de mujeres pertenecientes a más de 400 organizaciones y asociaciones feministas.
Al grito de “Hay que quemar la conferencia episcopal por machista y patriarcal”, el Paseo del Prado acogió ayer una multitud violeta y negra. Una marcha tan masiva como en su día fue la convocada por el «Tren de la Libertad» contra la ley de aborto de Gallardón, y en esta ocasión también movida por la defensa de los derechos de las mujeres: exigir más medidas y mayor protección para combatir la violencia contra las mujeres.
La movilización ha demostrado la necesidad de luchar que todas y todos tenemos contra este gobierno y sus políticas de recortes. Contra los recortes aplicados en los presupuestos destinados a la prevención y protección de las mujeres, y también contra la reforma laboral y de las pensiones, o la LOMCE, que están contribuyendo a aumentar la desigualdad y la indefensión de miles de mujeres trabajadoras en el estado español.
Pancartas, banderas y carteles contra la violencia a las mujeres se agitaron con enorme combatividad. Ayer se demostró una vez más, que la lucha en la calle debe continuar, y que la unidad de todas y todos es el camino que tenemos que tomar si queremos acabar con la ofensiva del gobierno del PP, que antepone el pago de la deuda a la protección de la vida de las mujeres.
Desde Corriente Roja llamamos a la continuidad de ésta y de todas las luchas que en este momento se están dando. Porque no podemos esperar que la solución sea solo electoral. Porque al nuevo gobierno que salga después de las elecciones generales, sea el que sea, también habrá que exigirle un Plan integral contra todo tipo de violencia machista, con presupuesto suficiente para prevenir, atender y proteger a las víctimas. Y porque tenemos que seguir luchando, todas y todos, la clase trabajadora en su conjunto, por la suspensión del pago de la deuda, de la reforma laboral y por una sanidad y educación públicas y gratuitas.