¡LA DEUDA SE PAGA, LA VIOLENCIA MACHISTA SIGUE!

A menos de dos meses de las elecciones generales, se ha convocado para el 7 de Noviembre (7N) una Marcha estatal en Madrid contra las “violencias machistas”. Desde Corriente Roja apoyamos y llamamos a participar de esta convocatoria porque la lucha y la movilización en la calle, como las recientes Marchas de la Dignidad, siguen siendo la principal herramienta que tenemos para lograr nuestros derechos y reivindicaciones.

Por Secretaria de Mujeres de CR

El 7N es una jornada de lucha contra TODO tipo de violencia hacia la mujer, y no sólo contra los asesinatos de mujeres, que son la forma más visible y descarnada de esta violencia.

  • Violencia machista es la desigualdad salarial, los despidos por quedarnos embarazadas o acogernos a un permiso temporal. Es la mayor tasa de desempleo que sufrimos, la precariedad y temporalidad laboral que para nosotras es la norma, o el acoso sexual en los lugares de trabajo.
  • Violencia machista es la responsabilidad casi exclusiva y la carga de trabajo doméstico y de cuidados que nos obligan a asumir y que deterioran nuestra salud. Es la destrucción y privatización de los servicios públicos para atener a personas mayores, dependientes y menores, que están a nuestro cargo.
  • Violencia machista es la ausencia de educación sexual y en valores de igualdad en las escuelas para prevenir los embarazos de mujeres adolescentes, las violaciones y agresiones sexuales que no se denuncian por miedo, o la homofobia entre jóvenes y menores que sigue existiendo. Es la cosificación de nuestros cuerpos a través de la publicidad.
  • Violencia machista es la dificultad de acceder a anticonceptivos gratuitos y seguros, a un servicio de planificación familiar o recurrir a una interrupción voluntaria de un embarazo no deseado dentro de la sanidad pública. Violencia machista es obligar a las menores de 16-17 años a ser madres contra su voluntad.

Para acabar con el machismo y su violencia, suspender el pago de la deuda y desobedecer las leyes y medidas injustas.

No se puede garantizar la protección necesaria a las mujeres víctimas de violencia machista ni llevar a cabo políticas de igualdad mientras sigamos pagando una deuda que llega al 90% del PIB y que solo en intereses significará en 2016 un expolio de 33.554 millones a las arcas públicas del Estado. Pero además es preciso derogar el artículo 135 de la Constitución que otorga prioridad al pago de ésta, por encima de las necesidades sociales. Tenemos que enfrentar la ley de bases de régimen local que va a dejar a los ayuntamientos pequeños sin competencias para la atención a la mujer o la ley de estabilidad presupuestaria que ahoga a las Comunidades autónomas, impidiéndole aumentar el gasto social para cubrir las necesidades sociales existentes y garantizar educación, sanidad y servicios sociales públicos y de calidad.

No es sólo que el presupuesto para poner en marcha leyes como la Ley de prevención contra la violencia machista, la ley del aborto o la ley de igualdad, (que a pesar de ser insuficientes, significaron un avance) se haya recortado en los últimos años, sino que medidas aprobadas por el gobierno del PP como la reforma laboral y de las pensiones o la LOMCE están aumentando la desigualdad. Por eso debemos organizarnos para derogarlas.

Las organizaciones obreras y estudiantes al frente de la lucha contra el machismo

En todas estas formas de violencia y discriminación, las mujeres trabajadoras nos llevamos la peor parte. Y si somos jóvenes, inmigrantes o parte del colectivo LGTBI, la opresión que sufrimos es aún peor.

El machismo y la violencia hacia la mujer no es una actitud o conducta individual, sino que se perpetúa y se mantiene a través de instituciones como la iglesia, la escuela, la familia y sobre todo, con las medidas aprobadas por los sucesivos gobiernos al servicio de la troika, los banqueros, especuladores y corruptos, para hacernos pagar su crisis.

Y aunque algunos hombres saquen ventajas personales o privilegios materiales, quien se beneficia de esta opresión, es la burguesía: esa minoría formada por hombres y mujeres que vive apropiándose de la riqueza social que producimos la clase trabajadora dentro de este sistema capitalista. Los gobiernos de mujeres como Merkel, Kirchner en Argentina o Dilma en Brasil, también aplican políticas de ajuste y hacen sus presupuestos al servicio de banqueros y especuladores, en contra de las mujeres trabajadoras.

El machismo es una ideología que a la burguesía le interesa mantener y reproducir porque es una de las herramientas que utiliza para la sobreexplotación de las mujeres trabajadoras, así como para debilitar y dividir al conjunto de la clase. Esto se potencia sobre todo en tiempos de crisis. Por eso para nosotras y nosotros, a diferencia de lo que dicen las organizaciones feministas, la lucha contra el machismo no es una tarea solo de las mujeres, ya que para lograr la unidad que necesitamos, las medidas específicas contra la opresión a la mujer y por sus derechos tienen que ser defendidas y exigidas por el conjunto de la clase trabajadora, y no solo por las mujeres dentro de ésta.

Echar a este gobierno mediante el voto no es suficiente

En las próximas elecciones generales el primer paso para nosotras será echar al PP (y sus recambios) del gobierno y romper con el bipartidismo. Pero las mujeres trabajadoras no podemos conformarnos solo con dar nuestro voto. Al día siguiente del nuevo gobierno, sea cual sea, habrá que exigirle un Plan integral contra la violencia machista dotado de presupuesto suficiente para prevenir, atender y proteger de forma eficiente a las mujeres que la sufren, además de seguir luchando por la suspensión del pago de la deuda para crear empleo y garantizar vivienda digna para todas así como salud y educación 100% públicas y gratuitas. Te animamos a venir a Corriente Roja para dar esa pelea y construir con nosotras y nosotros una alternativa de clase e internacionalista que lucha contra toda forma de opresión y explotación.