El periodista griego Kostis Kekeliadis* ofrece su nota después del viaje a las islas donde están llegando los refugiados, Lesbos y Kos.
El pasado jueves 20 de agosto, Panos Kamenos, presidente del partido Griegos Independientes (ANEL en sus siglas originales) y “socio” de Alexis Tsipras en el gobierno saliente, realizó una visita oficial a la isla de Kos. Allí, un grupo de pobladores locales le reservó una “cálida acogida”, con abucheos y lanzamiento de huevos incluido. Más allá de lo anecdótico, lo acontecido probablemente constituya un preaviso del clima que aguarda a Grecia en el período preelectoral que acaba de abrirse, con dos crisis, la de los refugiados y la económica, como principales problemas.
Los vecinos de Kos participantes en la protesta –a los que un comunicado de ANEL califica de “fascistas de Amanecer Dorado y elementos marginales”– solicitaban del alcalde de la ciudad, Yorgos Kiritsis, que declarase “persona non grata” al ministro de defensa (en funciones hasta el lunes 23), adjudicándole la responsabilidad por la presencia de miles de refugiados en la isla durante este verano.
Sin embargo, desde el pasado viernes 21, el punto más conflictivo en el trayecto que siguen los refugiados se ha trasladado del Egeo oriental a la frontera de Grecia con la Macedonia eslava. Un ferry de grandes dimensiones está ocupándose de embarcar a los refugiados que se encuentran en las islas y trasladarlos al puerto de El Pireo, desde donde siguen viaje, ahora en autobús, hasta la provincia de Kilkís, en el norte del país. Una vez allí, esperan su oportunidad de cruzar la frontera en la llamada “zona neutral”, ubicada entre el pueblo griego de Idomeni y la pequeña ciudad eslavo-macedonia de Guevgueli.
Este desplazamiento de los refugiados hacia el norte no ha pasado inadvertido para las autoridades alemanas, que este pasado viernes 21 enviaron una representación a visitar la “zona neutral” encabezada por el cónsul de Alemania en Tesalónica, Ingo von Voss, y el responsable de integración del gobierno de Baviera, Martin Neumeyer.
Casualmente… la visita coincidió con la expeditiva represión de los refugiados, con una violencia hasta ahora nunca vista, por parte de la policía de Skopia. Los antidisturbios se emplearon a fondo, utilizando porras, gases lacrimógenos y balas de goma, dejando un saldo de cien personas heridas, cuatro de las cuales fueron trasladadas a hospitales griegos.
En estos momentos, más de tres mil refugiados están retenidos en la “zona neutral”, mientras llegan de continuo nuevos contingentes. Las autoridades eslavo-macedonias han anunciado que sus fuerzas armadas se sumarán a las de la policía en las tareas de control de los refugiados, a quienes, desde el sábado 22, se ha vuelto a permitir que crucen la frontera, en pequeños grupos, y prosigan su viaje en dirección a Serbia.
Por su parte, Alemania ha comunicado que, para el presente año 2015, autorizará el ingreso de unos 20.000 refugiados –cifra que parece una triste gota en un océano, pues se estima que, en estos momentos, cerca de dos millones y medio de desplazados sirios aguardan en las costas de Turquía que alguna barca clandestina los conduzca hasta Grecia.
Este es, pues, uno de los dos grandes problemas que está llamado a resolver el nuevo gobierno que surja de las urnas el próximo 20 de setiembre. La novedad de estas elecciones será el nuevo partido (resultante de la escisión de Syriza y encabezado por el ex ministro de Medio Ambiente y Energía, Panayotis Lafazanis) “Unidad Popular”, un nombre que remite con claridad a la formación que llevó a Salvador Allende a la presidencia de Chile en 1970.
Las negociaciones para formar gobierno, sin necesidad de consultar nuevamente a la ciudadanía, entre los tres partidos con mayor representación parlamentaria finalizarán, tal como prevé la constitución, el jueves 26. Se da la paradoja de que, a día de hoy, la tercera fuerza en la cámara la constituyen, de hecho, los diputados de Syriza que se mostraron discrepantes durante la votación del tercer Memorándum, de modo que, en la práctica, sobre un total de 300 escaños Syriza cuenta con 124, Nueva República (o “Nueva Democracia”, como se le llama en España) tiene 76 y luego vendrían los 25 que se integrarán en Unidad Popular. Naturalmente, nadie espera que las actuales negociaciones fructifiquen, así que la solución tendrán que aportarla las elecciones del 20 de setiembre, la tercera cita electoral en menos de un año tras las generales del 25 de enero y el referéndum del 5 de julio.
* Kostis Kekeliadis es periodista griego