Los representantes de los más de 21.000 trabajadores con los que cuenta el Grupo Indra en España iniciarán este martes la negociación del despido colectivo que pretende llevar a cabo la empresa y que podría afectar a unos 2.000 empleos. El proceso ha sido promovido por el nuevo presidente de la compañía, Fernando Abril-Martorell, que argumenta que las pérdidas que sufre la multinacional española —92 millones de euros en 2014 y 19,2 en el primer trimestre de 2015— obligan a una reestructuración.
«Parece que la misión encomendada por el actual Gobierno al presidente de Indra, que sólo lleva 5 meses en el cargo, sea la de desmantelar la empresa», denuncian desde la Sección Sindical de Co.bas, un sindicato de comisiones de base que no cuenta con ayudas o subvenciones. Este sindicato independiente resalta que dentro del Plan Estratégico de Indra, que se presentará el próximo 8 de julio, la primera gran medida será un ERE de esta envergadura. Los trabajadores planean un «paro total» si se confirman las cifras de despidos que se vienen manejando.
Abril-Martorell accedió a la presidencia de Indra el pasado mes de febrero aupado por Telefónica, que entró en el accionariado del grupo con un 3%. El mayor accionista de Indra es el propio Estado español, que posee algo más del 20% de las acciones a través de la Sociedad de Participaciones Industriales (SEPI). El Gobierno compró dicho paquete accionarial a Bankia en 2013 ante la deriva de la entidad financiera, argumentando que el peso en la seguridad nacional de la empresa era demasiado importante como para abandonarla a su suerte.
No en vano, Indra es el principal proveedor de las Fuerzas Armadas y del Ministerio de Defensa y está encargada, entre otras cosas, de los satélites que se utilizan en las comunicaciones militares. La operación se saldó con un beneficio de 43 millones de euros para Bankia, tras un desembolso de 337 millones de euros por parte del Estado.
Una recuperación económica con un ERE bajo el brazo
Hasta 2013 Indra logró capear la tempestad económica de la crisis. Dicho curso la multinacional, que cuenta con más de 48.000 empleados en todo el mundo, presentó un beneficio neto de 113 millones de euros. Los sindicatos recalcan la ironía de la situación: justo cuando el Partido Popular ha intensificado el mensaje sobre la recuperación económica, una de las principales empresas españolas se ve avocada a un ERE que podría afectar a un 10% de su plantilla en España. Algo no encaja.
«La empresa tiene mucha prisa en hacerlo cuanto antes. Podría ser miedo a que entre otro gobierno que derogue la última reforma laboral y ponga trabas», plantean los trabajadores. «En lugar de primar el crear y conservar puestos de trabajo se busca forrarse en pocos meses a base de operaciones especulativas, despidos y modificación de condiciones para (mal) vender y poder llevarse efectivo en el bolsillo», destacan desde Co.bas. UGT también ha anunciado que «pedirá toda la documentación necesaria que justifique las medidas que tome la empresa e irá estudiándola meticulosamente».
Una «jugosa» división militar… Junto a otras no tan rentables
Dentro del proceso de reestructuración de la empresa Indra podría vender una de sus divisiones, abandonando las áreas de negocio de escasa rentabilidad. La sección que corre mayor peligro de ser traspasada a otra compañía es la de Telecomunicaciones. La división de Defensa, gracias a sus múltiples negocios con el Estado, es una de las más «jugosas» del grupo, explican los sindicatos. Este hecho no es desconocido para el ministro de Defensa, Pedro Morenés, que cuenta con una amplia trayectoria en los consejos de administración de empresas armamentísticas, representando uno de los mejores ejemplos de la democracia de las puertas giratorias.
La desmembración de Indra podría facilitar su posterior venta como empresa especializada en el negocio militar. La compañía, por su parte, ha preparado un investor day para este miércoles, con el que espera captar financiación… O posibles compradores para aquel área de negocio que Abril-Martorell haya decidido amputar. Contactada por este medio, Indra no ha querido adelantar la oferta que abrirá la negociación del ERE, explicando además que «ahora mismo no hay ningún proceso abierto de inversión ni de desinversión». Algo que podría cambiar tan tarde como este mismo miércoles, cuando Abril-Martorell presente el Plan Estratégico 2015-2018 con el que espera reestructurar una de las principales multinacionales españolas.
Extraído de publico.es