¡No es lo igual, no es igual una trabajadora que la Espe o Cospedal…!
Las más de 500 candidaturas de unidad popular construidas a lo largo y ancho del Estado, han dando un vuelco al panorama político este 24 de Mayo, con el consiguiente batacazo electoral del PP que pierde el poder en muchos de sus feudos históricos.
Aunque la Ley de igualdad del 2006 obliga a los partidos políticos a cumplir con la paridad en las listas electorales, las candidaturas encabezadas por mujeres siguen siendo minoría. Sólo una cuarta parte de estas candidaturas han estado encabezadas por mujeres. Sin embargo, es la primera vez que las mujeres tienen tanta presencia mediática en unas elecciones, debido a que tanto los partidos tradicionales como las nuevas formaciones, han apostado por mujeres como cabeza de lista, en territorios claves o de mucha importancia política como Madrid, donde 4 de los 6 principales candidatos a la alcaldía eran mujeres.
Para algunos expertos en comunicación, en algunos casos esto obedece más a una “estrategia de marketing para cazar el voto femenino”, que a una verdadera apuesta por la igualdad, ya que según un sondeo del CIS: “el porcentaje de mujeres indecisas es un 5% mayor que el de los hombres”.
Todas mujeres pero en distintas trincheras.
Manuela Carmena, molesta con algunas declaraciones de Esperanza Aguirre durante la campaña, dijo al día siguiente de las elecciones que quería “sentarse a dialogar” con ella, porque “ambas son mujeres, abuelas y profesionales”.
Pero el problema es que eso no es suficiente para solucionar sus diferencias, que son políticas. Si Carmena o Ada Colau consiguieron ese resultado, fue por las esperanzas de “cambio” que las candidaturas encabezadas por ellas han generado y no por el tono dialogante que adoptaron durante la campaña, totalmente opuesto eso sí, a las actitudes despóticas de Aguirre o Rita Barberá.
En relación a las mujeres, son muchas las que teníamos claro en estas elecciones que votar a Aguirre o Cospedal, era votar a un partido y apuntalar a un gobierno, cuyas políticas han hecho aumentar la desigualdad y la indefensión de las mujeres sin recursos frente al machismo y la explotación que sufren. Es por eso, que este 8 de Marzo las mujeres recorrimos las calles gritando:”No es igual, no es igual, una trabajadora que la Espe o Cospedal”.
Pese a que la “lideresa del PP” se haya presentado con un folio de diez puntos basados según ella en “una defensa de la libertad y los valores cristianos”, todo el mundo sabe que es una defensora implacable de la privatización de los servicios públicos y de los recortes sociales, cuyas principales perjudicadas somos las mujeres trabajadoras, o que está en contra del aborto al que no considera un derecho de la mujer sino “un fracaso inmenso en todos los supuestos”. Y esto es así porque su principal objetivo por encima de ser o no mujer, es proteger los intereses de una banca y unas multinacionales de cuyos beneficios ella misma participa, como parte de la burguesía.
Tampoco a la Cospedal le ha temblado el pulso en estos años al aplicar una política de austeridad social en el gobierno de Castilla la mancha, dejando morir a muchas personas dependientes, sin recibir la ayuda que por ley les correspondía.
Por el contrario, los programas presentados por algunas candidaturas de unidad popular contienen algunas medidas que pueden suponer un paso importante para empezar a avanzar en una mayor igualdad y contra la violencia machista como son: “Municipalizar el servicio de atención domiciliaria” (Barcelona en comú), “Integrar la educación infantil como una etapa educativa gratuita”(Ahora Madrid), “Refuerzo de medios y personal en los Centros de orientación familiar y casas de acogida para mujeres”(Marea Atlántica) o “Garantizar desde el Ayuntamiento los derechos sexuales de las mujeres en el sistema andaluz de salud ”(Participa Sevilla).
“Llegar a las instituciones” ¿Para qué y para quien?
Manuela Carmena y Ada Colau son las nuevas alcaldesas de Madrid y Barcelona respectivamente. Y ante el “Vamos a gobernar obedeciendo” de Ada Colau o el “No vamos a gobernar solo para los que nos votaron sino para seducir a los que no lo hicieron” de Manuela Carmena, cabe preguntarse: ¿Obedecer a quien, a los de arriba o a los de abajo? ¿Es posible gobernar contentando a todas y todos? Nosotras pensamos que no.
Sin duda tanto Barcelona en comú como Ahora Madrid y el resto de candidaturas de unidad popular, tienen por delante una enorme responsabilidad histórica tras estas elecciones. Entrar en pactos o acuerdos como se ha hecho para que estas candidaturas puedan gobernar o incluso para “desalojar a la derecha del poder” era muy tentador, ya que al fin y al cabo este es uno de los motivos por los que surgieron estas candidaturas en base a acuerdos amplios entre distintos partidos de izquierda y movimientos sociales, al que se incorporaron personas de forma independiente.
Pero el gran peligro al hacer estos pactos reside en haber quedado atados a compromisos que obliguen a llevar a cabo una “gestión responsable”, en vez de gobernar o estar en las instituciones para poner estas al servicio del pueblo. En esa tarea, no pueden ser “socias” de ningún cambio, aquellas formaciones políticas que por acción u omisión aplicaron durante su mandato las medidas que nos han llevado a la actual situación de catástrofe social y/o que estén salpicadas por escándalos de corrupción en sus filas.
Desde los estrechos márgenes de los Ayuntamientos en su mayoría ahogados por la deuda municipal, gobernar para los de abajo empezando por los sectores más oprimidos y explotados entre los que se encuentran las mujeres trabajadoras, significa revertir los recortes en Dependencia y el resto de Servicios públicos. Significa luchar por una Ley que proteja el derecho de TODAS las mujeres a un aborto libre, público y gratuito en la seguridad social. Y también significa necesariamente tener que enfrentar leyes injustas como la Ley de estabilidad presupuestaria, la Ley de bases de régimen local que quita competencias a los municipios o la odiada Ley mordaza. Significa arropar las luchas de quienes las enfrentan y llamar a defender en la calle mediante la movilización social, un plan de emergencia social, cumpliendo así el mandato popular para el que han sido votadas estas candidaturas.
¡NI UNA MENOS!
Este mes de Mayo y Junio la violencia machista se ha llevado por delante la vida de cinco mujeres. Dieciocho en lo que va de año.
Cuando se constituyan los nuevos gobiernos autonómicos y municipales, una de las obligaciones de diputad@s y concejales-as de Podemos y de las distintas candidaturas de unidad popular, será luchar porque en Ayuntamientos y Comunidades autónomas se restaure el presupuesto necesario para poner en marcha un Plan integral contra la violencia machista.
Un plan cuyo objetivo sea atender y proteger de forma inmediata y efectiva a sus víctimas, prevenir esta lacra social y eliminar las causas materiales que obligan a muchas mujeres y a sus hijas-os, a vivir junto a su agresor.