Hace 40 años, en mayo de 1975, las tropas del imperialismo estadounidenses fueron derrotadas por la resistencia del Ejército de Vietnam del Norte, la guerrilla del Vietcong, y la lucha del pueblo vietnamita. Ocho años antes, el trotskista argentino Nahuel Moreno (fundador de la LIT-CI) escribió su trabajo “Las revoluciones china e indochina”, donde analiza un proceso que cambiaría el mundo. De ese documento hemos extraído este capítulo.
Esta derrota política y militar, la primera en la historia de EEUU, obligó al gobierno de este país a retirar su ejército y funcionarios políticos de modo apresurado. El pueblo vietnamita demostró que este imperialismo no era “invencible”, ni mucho menos. En ese momento, se cuñó la expresión “síndrome de Vietnam” (el temor imperialista a intervenir militarmente en otros países). Con esta publicación, queremos rendir homenaje a esta heroica lucha.
El triunfo de la Revolución China fue seguido por la Guerra de Liberación Nacional en Vietnam. En cierta medida se repiten aquí las secuencias del proceso revolucionario chino. A una ofensiva permanente de las potencias coloniales responde el pueblo y el campesinado defendiéndose con toda decisión y valentía utilizando el mismo método de los chinos: la guerra de guerrillas. Hay, sin embargo, algunas características específicas que caracterizan a esta lucha. La influencia estalinista es mucho más grande en el Partido Comunista Indochino que en el Chino. Es que el comunismo en esta región está mucho más ligado a Occidente, principalmente al Partido Comunista Francés. Esto le va a dar un carácter más oportunista. Por otra parte, la influencia del trotskismo en Indochina y entre los exiliados en Francia es mucho más fuerte y más importante que en China.
“Los comienzos de la ocupación japonesa estuvieron marcados por importantes levantamientos. En octubre de 1940 en Tonkin, en noviembre de 1940 en la Conchinchina, en enero de 1941 en Annam. Los imperialismos japonés y francés se unieron para reprimir ferozmente estos movimientos populares. Es entonces que se constituye el Viet Minh: la Liga por la Independencia de Indochina. Estaba formado por dos partidos nacionalistas que abarcaban a la pequeña burguesía y el ala izquierda de la burguesía liberal, dos partidos comunistas (el estalinista y el trotskista),y por último, organizaciones de mujeres, campesinos, obreros, soldados y jóvenes. Su programa, elaborado en 1941, es un programa de libertades democráticas. No se plantea la reforma agraria, sino la confiscación de los bienes japoneses, franceses e indochinos “fascistas”, como los de la iglesia. Todos estos poseedores han colaborado con el ocupante japonés y se han acomodado el gobierno de Petain. El segundo punto importante del programa es la lucha armada contra todo «país invasor”, según un documento de un trotskista indochino publicado en 1945 (1).
La derrota del Japón provoca un movimiento de masas y el surgimiento de organizaciones populares que toman en sus manos los gobiernos locales. El Viet Minh queda como el único gobierno central. Hace esfuerzos por demostrarle su “seriedad” al imperialismo francés y disuelve los organismos populares. En París el camarada de Ho Chi Min, Thorez, era ministro del imperio y trataba por todos los medios mantener a Indochina dentro de él, como “Estado Asociado”. Sin embargo, las negociaciones del gobierno de Ho Chi Min para llegar a un acuerdo con el gobierno francés fracasan a pesar de la posición de los comunistas franceses e indochinos de no reclamar la independencia. La política del estalinismo vuelca a la mayoría de los trabajadores indochinos en Francia a las filas del trotskismo: éste es el único que reclama la independencia total para Indochina.
El imperialismo francés, que refleja las aspiraciones de los grandes intereses coloniales, no puede permitir la existencia de un gobierno nacionalista independiente como el de Ho, e inicia la ocupación militar paulatina de Indochina desde el sur. A partir de noviembre de 1946 acentúa su ofensiva sobre el norte, que es controlado totalmente por las fuerzas de Ho. Este se esfuerza por mantener la alianza con la sombra de burguesía nacional que lo acompaña en su gobierno de unidad nacional. Esta línea reformista lo lleva a demorar peligrosamente el lanzamiento de la reforma agraria: la lucha guerrillera se la hace en nombre de la unidad nacional con la burguesía.
“En 1953 el partido y el gobierno decidieron realizar la reforma agraria para liberar las fuerzas de producción y dar un impulso más vigoroso a la resistencia”, confiesa Giap. A partir de ese momento la guerrilla vietnamita se transforma de Guerra de Liberación Nacional en Revolución Agraria. El heroísmo mitológico de los luchadores vietnamitas tiene esa explicación última.
El talento estratégico de la dirección, junto con la combatividad de los campesinos y luchadores, le permiten al Viet Minh derrotar al imperialismo francés en Dien Bien Phu. Los acuerdos de Ginebra reconocen esta victoria y dividen a Indochina en dos hasta 1956, cuando se llamarán elecciones generales para unificar al país. En el sur se impone un gobierno títere agente del imperialismo francés, y a corto plazo del imperialismo yanqui.
Los yanquis ordenan a su títere de turno que no cumpla los acuerdos de Ginebra para así garantizar la colonización total de Vietnam del Sur. En respuesta a esta colonización, surge el Frente de Liberación Nacional del Sur, que emprende la guerra de guerrillas contra el agente del imperialismo yanqui. Lo demás es historia reciente: la Casa Blanca ante el desmoronamiento de sus agentes y del ejército del Vietnam del Sur vuelca el peso de su ejército y su aviación para dar un escarmiento ejemplar a la Revolución Colonial y se inician los bombardeos de Vietnam del Norte. Ante nuestros ojos se desata la más colosal guerra contrarrevolucionaria de la historia: ni la URSS, ni China soportaron nunca nada parecido. A pesar de ello las masas del FLN y de Vietnam del Norte no sólo resisten, sino que comienzan a dar vuelta lentamente al curso de la guerra. Y esto lo logra un pequeño pueblo de un pequeño país. Crear varios Vietnam es posible e imprescindible, como ha planteado el Che Guevara.
La URSS y China se han negado hasta la fecha a unificar sus estados y fuerzas armadas en un frente único de apoyo total a Vietnam del Norte y a los guerrilleros del Sur. Sólo el castrismo, los intelectuales revolucionarios de occidente, algunos dirigentes negros, Corea y Vietnam del Norte, junto con la IV Internacional han planteado este frente único. La URSS sigue imperturbable. Su estrategia diplomática de coexistencia pacífica con el imperialismo; su ayuda a Vietnam del Norte es sólo un expediente táctico dentro de esa estrategia. La China de Mao se aísla del frente con el pretexto de una pretendida política revolucionaria que aísla peligrosamente a China de las fuerzas revolucionarias del mundo entero. El triunfo de los revolucionarios vietnamitas no sólo significará un desastre para el imperialismo, sino también para las políticas de Moscú y Pekín.
1. Revista Quatrième Internationale, n. 22, 23 y 24, septiembre, octubre, noviembre, 1945.
Texto tomado de la edición de Editorial Pluma, Buenos Aires, 1973