Como en todos los procesos electorales, l@s activist@s recibimos siempre la presión del voto. Desde Corriente Roja hemos elaborado este material para hacer pública nuestra posición de voto y el por qué hemos decidido esta opción. Nuestro posicionamiento va siempre dirigido a conseguir mejoras reales para l@s trabajador@s, la juventud y los sectores oprimidos, enfrentando al régimen, el sistema y a la ultraderecha.Para echar a Ayuso y parar a VOX:POLÍTICAS SOCIALES Y MUCHAS PLAZAS ROJAS

 
No es «la gente», son las clases sociales 
Ya metidos en campaña y debates televisivos hay a quienes les sigue costando entender cómo en la Comunidad que más ha desmantelado la sanidad pública, la de los crímenes en las residencias de mayores; la que más ha convertido la educación en un negocio privado; la de la desvergüenza con las familias de la Cañada Real, la del primer puesto en el disputado ranking de la corrupción…, tenga como favorita para ser reelecta a Isabel Díaz Ayuso. 

Ayuso y 25 años de PP, no se explican sin la base social que ha ido convirtiendo Madrid en un feudo electoral de la derecha. Ayuso está sostenida por un sector de la burguesía vinculada al desmantelamiento de lo público, en especial de la sanidad o la educación, de las constructoras y las grandes superficies comerciales. Su base social y electoral la forma esa legión de grandes empresarios y fondos buitres, rentistas, hosteleros, agricultores, que gritan por la libertad de comercio y se declaran “neoliberales” mientras imploran el rescate del Estado. 

Ayuso es la Presidenta de un Gobierno burgués que se sostiene en una base social en la que no faltan militares, funcionarios de raigambre, policías, profesionales acomodados y lumpenes que nunca faltaron en la capital del reino. Es esa pequeña burguesía sacudida por la crisis, que encuentra en la xenofobia y el racismo la explicación de sus desgracias, que quiere salvarse pisando las cabezas de los que están por debajo y se envuelve en la monárquica bandera de España. Los discursos de Ayuso no tienen otro destinatario que esa base social que se disputa con Vox, fanatizada a golpe de eslóganes que solo ellos pueden creer. 

Así pues, ni Ayuso es «tonta», ni «la gente» vota cualquier cosa. Cuando se niegan las clases sociales, la lucha de clases y las desigualdades sociales y el carácter de clase de todo gobierno, luego no queda más remedio que culpar «a la gente» y recurrir al manido y reaccionario dicho de que «cada pueblo tiene el gobierno que se merece«. 

 
¿Todos contra el «fascismo» o vota PSOE como sea, en directo o en diferido? 
Amparándose en lo acontecido en el debate frustrado de la SER y las amenazas a Pablo Iglesias y a Marlaska, el día 4 de mayo pretenden convertirlo, de la mano del PSOE y Unidas Podemos, en un plebiscito Democracia o Fascismo. ¡Hay que ir a votar para parar al fascismo! gritan. 

Espoleando el peligro del «fascismo» se pretende movilizar a los barrios obreros para que vayan a votar a los Partidos del gobierno. Los mismos que llamaron a no ir a la Plaza Roja el 7 de abril contra el acto de Vox, que reiteraron «no hacerles el juego» y no dar la cara en las plazas de los barrios y pueblos obreros, que defendieron el «hay que ignorarles», que incluso mandaron desde la Delegación de Gobierno a la policía antidisturbios para inflarnos a palos y defender a Vox, llaman ahora a votarles a ellos para parar al «fascismo». 

Corriente Roja estamos y estaremos abiertos a conformar un Frente Único con todas las organizaciones que se reclaman de la clase obrera para plantar cara a VOX. Incluso a la unidad de acción con partidos burgueses como el PSOE cuando de enfrentar a VOX se trate, pero votarles el 4M es otra cosa. Es votar a los Partidos de un gobierno burgués que con sus incumplimientos, su entrega a la banca y a la Unión Europea, su cobardía con los militares, policías y jueces franquistas, su complicidad con la Iglesia y sus leyes represivas, da alas a la reacción y a que Vox, acaben siendo Fuerza Nueva o Amanecer Dorado. 
¿La alternativa es echar a un gobierno burgués(PP) para poner a otro gobierno burgués (PSOE)?
Pablo Iglesias se ha convertido en esta campaña en el abanderado de la “unidad de la izquierda” para “plantar cara” a Isabel Ayuso. Su propuesta es reeditar en Madrid el Gobierno de coalición. Así pues la alternativa es votar al PSOE o votar a Más Madrid o a Unidas Podemos para que el resultado final sea ¡que gobierne el PSOE! 

El PSOE es un Partido burgués, es el de la banca, las multinacionales, la defensa de la Monarquía, el vasallo de la Unión Europea, de las reformas laborales y de las pensiones, el de las privatizaciones y ¿ésa es la alternativa? ¿Así se va a parar a Ayuso y a Vox? 

Todas las organizaciones que piden el voto para la «izquierda» alientan esa falsa ilusión que exige obviar el carácter de clase de los gobiernos; obviar quien gobierna el país y obviar los planes que ya se están aplicando o se anuncian al dictado de la UE. 

Baste algunos ejemplos. La sanidad pública en Madrid ha venido siendo desmantelada en estos años de la mano del PP, verdad innegable, tan innegable como que esa privatización se ampara en la Ley 15/97 que PSOE y PP aprobaron juntos y que el gobierno de coalición mantienen hasta hoy. 

Muchas personas siguen muriendo porque las patentes están en manos de las grandes farmacéuticas. Sin embargo en el reciente debate de televisión, ni una sola vez las candidatas/os ¡Tod@s! ni mencionaron que siguen muriendo a miles en el mundo porque las patentes están en manos de las grandes farmacéuticas ¿En qué se diferencia la “izquierda” de VOX o el PP a la hora de exigir acabar con esa vergüenza y asesinatos porque las patentes no sean liberadas

Las muertes en las residencias han sido una vergüenza ¿Merecería Ayuso ser echada y procesada solo por eso? ¡¡SI!!, pero en virtud del Decreto de Alarma, el Gobierno central tenia la potestad para intervenir y NO LO HIZO. 

Los que van a «parar a Ayuso y a Vox» dicen que hay que acabar con la desigualdad, el paro y las colas del hambre, incluso hablan de crear una Banca Pública, y lo dicen justo cuando con la Reforma laboral en la mano, no solo hemos llegado a los 4 millones de desempleados/as sino que la banca (Caixabank-Bankia; BBVA) mandan a más de 12.000 trabajadores/as al paro, sumándose a los EREs de El Corte Inglés, H&M, Airbus, Tiger… a los 800.000 interin@s amenazad@s de acabar en la calle. Los ERES no los aplica VOX o Ayuso, los aplican los banqueros y multinacionales con la connivencia del Gobierno PSOE-UP y las leyes que prometieron derogar y no han sido derogadas. 

Y puestos a “defender la democracia” hay que recordar la Ley Mordaza, que el Gobierno de Coalición mantiene pese a sus promesas, o puestos a combatir el racismo y la xenofobia recordemos la Ley de Extranjería que todos los gobiernos mantienen. 

Si de movilizar a la izquierda y a los barrios obreros se trata, de “ilusionar”, hay una fórmula irrefutable: demostrar que cuando “la izquierda gobierna” cumple lo prometido y las cosas son muy distintas. Y ahí es precisamente, en esa falta de ejemplaridad, donde la extrema derecha se crece y gana auditorio. 

 
El «protocolo de la vergüenza” en las residencias y la privatización de la sanidad desde todos los gobiernos
Asistimos a una campaña electoral en la que tenemos que aguantar, como si no hubiésemos tenido suficiente hasta ahora, a Isabel Díaz Ayuso justificando su fatídica gestión de la pandemia durante más de un año. Lo fatal de la pandemia de la COVID-19 no ha sido que nos haya pillado desprevenidos, sino que estalló ante un sistema sanitario que ha venido sufriendo la privatización durante años, dejando nuestra salud a merced del beneficio de la patronal. 

El genocidio de más de 6.000 ancian@s en las residencias de la Comunidad es el ejemplo más claro de las dramáticas consecuencias de la privatización de la Sanidad Pública. No ha sido hasta recibir las noticias de esta tragedia cuando hemos empezado a escuchar eso de la “medicalización” de las residencias. Y es que la privatización de las residencias siempre se ha dado por sentada, tanto es así que hasta que no ha ocurrido una verdadera desgracia no las hemos empezado a concebir como recursos que deberían pertenecer a nuestro sistema público de salud. 

L@s ancian@s muert@s en residencias durante la pandemia son casi el 40% del total de fallecid@s de todo el Estado (casi 30.000) y prácticamente ninguna comunidad autónoma se libra de que su porcentaje sea alto. 

El 87% de las casi 400.000 plazas ofertadas en residencias de todo el Estado son de gestión privada, lo que supone un negocio de casi 5.000 millones al año, de los cuales 2.000 millones son pagados por el Estado a un puñado de empresas privadas. 

No solamente faltaban recursos sanitarios en las residencias: los hospitales públicos carecían de UCIs suficientes, a causa de la progresiva desinversión que la Sanidad Pública sufre desde la crisis de 2008, de la mano de gobiernos de todos los colores, centrales y autonómicos. En este sentido Ayuso impuso el 18 de marzo de 2020, recién arrancada la primera ola, un protocolo específico para la emergencia creciente en las residencias: “el protocolo de la vergüenza” instaba a todas las competencias implicadas a no trasladar a l@s ancian@s de las residencias a los hospitales. En los 20 días posteriores fallecieron 5.343 de esos ancian@s, el 84% de muertes en ese periodo. Desde entonces, ni se han medicalizado las residencias, ni se han revertido los recortes al sistema de salud madrileño. 

Para Ayuso la pandemia no ha supuesto otra cosa que una nueva oportunidad para seguir privatizando, asignando a dedo contratos a empresas amigas, como fueron las 14 empresas que facturaron 48 millones solamente por la construcción del hangar Isabel Zendal. La ristra de despropósitos de la presidenta es interminable, en total han sido 4.196 contratos “de emergencia” los que ha asignado sin concurso público, por los cuales sus amigos se han embolsado 816 millones de euros. 

Todos estos “contratos de emergencia” atienden a la misma lógica privatizadora que convierte los servicios públicos en un negocio que pagamos toda la clase trabajadora con nuestros impuestos, a cambio de la precarización de los mismos. 

Desde Corriente Roja lo tenemos claro: ningún partido de los que se presentan a las elecciones del 4M merece la confianza de ningún barrio obrero, porque ninguno se ha atrevido hasta ahora a revertir las privatizaciones ni tampoco ha implementado la contratación de más personal sanitario y así reforzar la Sanidad Pública. 
ASALTAR LOS CIELOS 
En estos días se conmemoran los 150 años de la primera experiencia histórica donde las trabajadoras y trabajadores tomaron durante 72 días el poder, la Comuna de París (1871). ¡La historia no conocía hasta ahora semejante ejemplo de heroísmo!, decía Carlos Marx. “De cualquier manera, la insurrección de París, incluso en el caso de ser aplastada (…) constituye la proeza más heroica (…). Que se compare a estos parisienses, prestos a asaltar el cielo, con los siervos del cielo del sacro Imperio romano germánico-prusiano (…) que huelen a cuartel, a iglesia, a junkers y, sobre todo, a filisteísmo” (Carlos Marx 12 de abril de 1871). 

Aquella célebre expresión de Marx fue utilizada en octubre del 2014 por Pablo Iglesias en Vistalegre: «El cielo no se conquista, se toma por asalto». Aquel torrente de rebeldía en las calles es lo que dio miedo de verdad al PP y a la extrema derecha, lo que amenazó con sepultar el bipartidismo. Esa lucha, que copó calles y plazas, fue desinflada y dirigida conscientemente al redil de los Parlamentos, del régimen monárquico y los gobiernos burgueses, para regocijo de PSOE y PP que fueron así recuperando el aliento. 

Hoy en el mundo, ante la debacle de este sistema capitalista, la creciente desconfianza de la juventud en las organizaciones tradicionales y la enorme debilidad de una opción revolucionaria con peso en la clase obrera y los/as oprimidos/as, se han puesto al día las explosiones sociales. Miles de jóvenes no son ya herederos del 15M y en muchísimos casos ni tienen aún edad para votar, porque esta antidemocrática Ley electoral, entre otras cosas, ni siquiera les permite votar. A esa explosividad social es a lo que tienen terror Ayuso y sus gentes de orden. 

Como en aquella explosión social del 15M, seguiremos diciendo que la organización y la lucha es el único camino. Seguiremos luchando todos los días para construir sindicatos de clase y combativos, organizar a los/as estudiantes… y levantar una organización revolucionaria con la clase obrera y la juventud, que diga que no hay cambio sin un verdadero programa anticapitalista, socialista revolucionario, que llame a la clase obrera a combatir al sistema, al régimen monárquico y los gobiernos burgueses, GOBIERNE QUIEN GOBIERNE. Una organización revolucionaria que declare sin tapujos que somos las/os que luchamos por preparar las condiciones para un verdadero asalto a los cielos, como en París no como en Vistalegre. 
A los/as compañeros/as que nos dicen ¡hay que votar! porque hay que parar a Ayuso y a VOX ¡como sea!, con todo el respeto y la convicción de que antes del día 4 y después del día 4 nos veremos junt@s en la lucha, les recordamos que el «votar con la nariz tapada», «votar el mal menor» no tiene novedad alguna pero muestra más la presión de los medios y los aparatos electorales que las convicciones propias. 

Uno puede taparse la nariz pero no los ojos. Hoy votar al PSOE, directamente o en diferido (votar UP o MM), es acabar votando a un gobierno patronal, al gobierno burgués de los EREs y ERTEs, los despidos de miles de interinos/as, la OTAN, la UE, la Ley de Extranjería, los presos por defender el derecho a decidir… y los que así no pararán ni a VOX ni al PP. 

Cada voto sin embargo les permitirá un respaldo mayor para seguir garantizando la desmovilización, la «paz social» que tanto quieren y anhelan los capitalistas. Ese es el papel de este tipo de gobiernos «progresistas». 

En estas elecciones no tenemos una alternativa a la que votar, pero si un programa y un partido que construir para seguir luchando. Por eso decimos:
SI VOTAS, VOTA NULO