Si lo que queremos es echar a Ayuso y parar a Vox…
a la extrema derecha no se le combate con eslóganes, sino con políticas sociales
Tras los acontecimientos en Murcia, Ayuso dio un paso al frente para bloquear una posible moción de censura y evitar, tras los descalabros de Euskadi y Cataluña, perder la Presidencia de la Comunidad de Madrid, que sería una debacle para el PP y el sepelio del aznarismo.
A primera vista parece difícil entender que la Comunidad que más muertos ha tenido durante la pandemia, que más ha desmantelado la sanidad pública, que ha sido modelo de la vergüenza y crímenes de personas mayores en las residencias; la que más ha convertido la educación en un negocio privado; la que ocupa el primer puesto en el disputado ranking de la corrupción, tenga una presidenta como Isabel Díaz Ayuso, un insulto a la inteligencia.
Y es que Ayuso, la Presidenta del oprobio, la desvergüenza con las familias de la Cañada Real, no se explica sin la base social que ha ido convirtiendo la capital del reino en un feudo electoral de la derecha. La heredera de José María Aznar y Esperanza Aguirre es la expresión política de un sector de la burguesía vinculada al desmantelamiento de lo público, en especial de la sanidad o la educación, de las constructoras (las mismas que llevaban sobres a Bárcenas) y las grandes superficies comerciales. Su base social y electoral (la que se disputa con VOX), la conforma esa legión de comerciantes, rentistas, hosteleros, agricultores, que gritan por la libertad de comercio mientras imploran el rescate del Estado, sueñan con turistas a todas horas o aplauden reformas laborales que les permiten una mano de obra precaria y cada vez más barata a la que pueden exprimir. Una base social en la que no faltan militares, funcionarios de raigambre, policías, profesionales acomodados y lumpenes que tanto abundaron siempre en la capital del reino. Es esa base social de las «gentes de orden” a las que indignan las manifestaciones (salvo si las hacen ellos), pero enamoran los turistas cortando calles y atestando bares, las que repudian todo nacionalismo porque Madrid es ¡España! y a las que desvelan los contenedores quemados, pero no les quita el sueño la situación de millones de jóvenes sin empleo, sin casa y sin futuro.
Es esa pequeña burguesía sacudida por la crisis, que quiere salvarse pisando las cabezas de los que están por debajo, la que Ayuso no quiere que se le vaya a VOX. Los discursos de Ayuso no tienen otro destinatario que esa base social, fanatizada a golpe de eslóganes que solo ellos pueden creer.
Con una oposición como la ejercida hasta ahora no se acaba con Ayuso
Cuanto más se acentuaba la crisis de la pandemia más en evidencia ha ido quedando la incapacidad de la “oposición” parlamentaria. Gabilondo ha estado desaparecido y baste recordar que cuando peor estaba Madrid y comenzaron las protestas en los barrios obreros al grito de ¡Ayuso dimisión!, fue Pedro Sánchez el que acudió a la Puerta del Sol a hacerse la foto con Ayuso y rescatarla escenificando (rodeados de banderas) la “unidad nacional” contra la pandemia.
Desgraciadamente Podemos no ha pasado de acompañante del PSOE y al igual que Más Madrid no fueron capaces siquiera de estar a la altura de los barrios obreros de Madrid cuando las movilizaciones clamaron desde la calle Ayuso dimisión. No han sido otra cosa que los escuderos de la «oposición serena y seria» de Gabilondo. Es la izquierda de la desmovilización social. Esa es la «oposición» parlamentaria que ha tenido Ayuso.
Ahora ha tocado hacer maniobras desesperadas de última hora porque las previsiones amenazaban con hacer seguir a Podemos el camino de Galicia y Euskadi y quedarse fuera de la Asamblea de Madrid.
Iglesias pide unirse con Más Madrid, para conformar un gobierno con el PSOE
Pablo Iglesias sale del gobierno con el PSOE para “plantar cara” a Isabel Ayuso y afirmando abiertamente que el plan es «unirse» con Más Madrid y «repartirse los papeles con el PSOE». Según Iglesias, el papel de Podemos sería «ilusionar a la izquierda» y el del PSOE recoger por la derecha votos del Titanic de Ciudadanos. Pedir el voto de los barrios obreros y de la juventud para después poner al frente del gobierne al PSOE, ¿ese es el reparto de los papeles?
La respuesta de Más Madrid rechazando la candidatura unitaria es el primer traspié de la maniobra de Iglesias. Si de movilizar a la izquierda y a los barrios obreros se trata, de “ilusionar”, hay una fórmula irrefutable: demostrar que cuando “la izquierda gobierna” las cosas son muy distintas. Que ¡sí se puede! Y ahí es precisamente, en esa falta de ejemplaridad, donde la extrema derecha se crece y gana auditorio.
A las/os Aznar, Esperanza Aguirre o ahora Isabel Díaz Ayuso y las huestes de VOX no les tiembla el pulso cuando gobiernan. Aplican sus planes con mano de hierro, no transigen ni en el nombre de las calles franquistas. ¿Se puede decir lo mismo del actual gobierno progresista o de los cuatro años con Carmena?
Se argumenta que esa es la única forma “práctica” de forzar un “gobierno de progreso” y empujar al PSOE hacia la izquierda. ¡Pero Podemos está ya en el gobierno central! y hechos son amores y no buenas razones. ¿Qué pasó con la Reforma Laboral que el gobierno progresista iba a derogar para acabar con la precariedad? ¿Dónde quedó el acabar con la Ley Mordaza? ¿Qué pasa con parar los desahucios y frenar la especulación inmobiliaria, imponiendo topes a los alquileres? ¿Qué pasó con el Ingreso Mínimo Vital, que amén de muy mínimo, apenas llega al 15% de los/as solicitantes? ¿Dónde quedó acabar con la brecha de género o con el índice de sostenibilidad en las pensiones públicas? ¿Cómo es que ahora desde el gobierno pretenden aumentar los años de cómputo para la pensión? ¿Dónde quedó el compromiso de una Ley trans “para erradicar todas las formas de discriminación hacia las personas trans»? Ya de parar los pies a los militares, el gasto armamentista, de acabar con el robo de las inmatriculaciones de la Iglesia o investigar la corrupción de la Monarquía, ya de eso… ¡ni hablamos! Por el contrario, es desde el gobierno que se cede a VOX y al PP ilegalizando las manifestaciones del 8M.
A la extrema derecha «no se le combate con eslóganes, sino con políticas sociales»
Decía Pablo Iglesias en el 2019 que a la extrema derecha «no se le combate con eslóganes, sino con políticas sociales». Nada que objetar a esa afirmación, todo lo contrario. El problema es saber si cuando se gobierna se aplica ese criterio o el opuesto. ¡A los hechos nos remitimos!
Nosotros/as lo decimos claro: la alternativa a un gobierno burgués como el de Ayuso no puede ser otro gobierno burgués, y cualquier gobierno del PSOE, un Partido burgués al que la S y la O les sobra desde hace décadas, no es otra cosa que otro gobierno de la patronal y del régimen monárquico.
Habrá quien piense lógicamente que estamos equivocados/as, que somos “sectarios” porque pese a que llevemos razón en muchas de esas críticas hay que ir a votar a la “izquierda”, porque hay que echar a Ayuso y a VOX ¡como sea! Pero hasta la fecha, el votar como sea, con la nariz tapada, el mal menor… sólo ha conseguido más decepciones, desánimos, más desmovilización social y más desapego de la juventud, que ve en la política un circo, mientras la derecha y la extrema derecha lejos de ser parada ve crecer y fanatizarse a su base social.
Puede ser que estemos equivocados/as, pero les pedimos que más allá de los eslóganes den razones de peso a todos/as las que como nosotros/as no encuentran razones para ir a votarles. Nunca hemos hecho una religión de votar o no votar. Necesitamos una razón sólida, una, que vaya más allá del tan manido como fracasado “parar a la derecha” y que demuestre el cambio en un terreno tangible para la vida de la clase obrera y la juventud.
Por ejemplo, dicen PSOE, Podemos y Más Madrid que defienden lo público frente a la maquinaria privatizadora de Ayuso y VOX. Pues bien, ¿se comprometen a que la primera decisión del gobierno progresista sea echar a todas las empresas privadas de las residencias de mayores, echar a esos canallas responsables de tantas muertes?
O por ejemplo, dígannos si la defensa de la educación pública comienza porque el gobierno de coalición progresista resuelva que no se dé un solo euro de las arcas públicas a la enseñanza privada o concertada. Y que todo ese dinero sea para revertir los recortes y se invierta en +RECURSOS, +PERSONAL y +INFRAESTRUCTURA, para bajar las ratios y garantizar medidas de seguridad.
¡Necesitamos razones!, por ejemplo, ¿una de las primeras medidas del gobierno de coalición progresista sería contratar a todo el personal sanitario que se necesita, echar a las empresas privadas de la sanidad y poner al Gobierno de la Comunidad a la cabeza de la movilización social, exigiendo la liberación de las patentes de las vacunas del covid19 para garantizar de urgencia la vacunación masiva, porque en ello nos va la vida?
Y si quieren hablar de empleo, pues que, por ejemplo, uno de los primeros decretos de ese gobierno sea hacer fijos a todos los trabajadores/as contratados en fraude de ley en la Administración Pública que hoy, después de años de trabajo, están amenazados/as de ir a la calle a engrosar las filas de los/as más de 4 millones de parados/as.
Ese gobierno de coalición progresista ¿qué medidas va a adoptar para que el acceso a una vivienda digna se convierta en una realidad? ¿Pondría, por ejemplo, al servicio de las/os trabajadoras/es y el pueblo los pisos del Sareb (Banco Malo), los fondos buitres y los grandes tenedores de vivienda?
Efectivamente, a VOX y a Ayuso «no se le combate con eslóganes, sino con políticas sociales». Y desde la calle, añadimos. Lo demás es sembrar falsas ilusiones que llevan a la desmovilización y desmoralización de la clase obrera y de la juventud más combativa.
A 10 años del 15M y 150 años de la Comuna de París: preparar asaltar los cielos, como en París, no como en Vistalegre
En estos días pródigos en aniversarios se conmemoran los 150 años de la primera experiencia histórica donde las trabajadoras y trabajadores tomaron durante 72 días el poder, la Comuna de París (1871). ¡La historia no conocía hasta ahora semejante ejemplo de heroísmo!, decía Carlos Marx. “De cualquier manera, la insurrección de París, incluso en el caso de ser aplastada (…) constituye la proeza más heroica (…). Que se compare a estos parisienses, prestos a asaltar el cielo, con los siervos del cielo del sacro Imperio romano germánico-prusiano (…) que huelen a cuartel, a iglesia, a junkers y, sobre todo, a filisteísmo” (Carlos Marx 12 de abril de 1871).
Aquella célebre expresión de Marx fue utilizada en octubre del 2014 por Pablo Iglesias en Vistalegre: «El cielo no se conquista, se toma por asalto». Aquel torrente de rebeldía en las calles es lo que dio miedo de verdad al PP y a la extrema derecha, lo que amenazó con sepultar el bipartidismo. Esa lucha, que copó calles y plazas, fue desinflada y dirigida conscientemente por los dirigentes de Podemos al redil de los Parlamentos, del régimen monárquico y los gobiernos burgueses, para regocijo de PSOE y PP que fueron así recuperando el aliento.
Hoy en el mundo, ante la debacle de este sistema capitalista, la creciente desconfianza de la juventud en las organizaciones tradicionales y la enorme debilidad de una opción revolucionaria con peso en la clase obrera y los/as oprimidos/as, se han puesto al día las explosiones sociales. Miles de jóvenes no son ya herederos del 15M y en muchísimos casos ni tienen aún edad para votar, porque esta antidemocrática Ley electoral, entre otras cosas, ni siquiera les permite votar. A esa explosividad social es a lo que tienen terror Ayuso y sus gentes de orden.
Como en aquella explosión social del 15M, seguiremos diciendo que la organización y la lucha es el único camino. Seguiremos luchando todos los días para construir sindicatos de clase y combativos, organizar a los/as estudiantes… y levantar una organización revolucionaria con la clase obrera y la juventud, que diga que no hay cambio sin un verdadero programa anticapitalista, socialista revolucionario, que llame a la clase obrera a combatir al sistema, al régimen monárquico y los gobiernos burgueses, GOBIERNE QUIEN GOBIERNE. Una organización revolucionaria que declare sin tapujos que somos las/os que luchamos por preparar las condiciones para un verdadero asalto a los cielos, como en París no como en Vistalegre.