Con motivo del 28J, Día del Orgullo, queremos señalar la opresión que siguen sufriendo mujeres lesbianas, bisexuales o trans. Una discriminación que no sólo se da en la sociedad, sino incluso dentro del propio colectivo LGTBI en el que sus reivindicaciones estuvieron durante mucho tiempo en segundo plano, o dentro del movimiento feminista, ya que una parte del mismo rechaza a las mujeres trans y sus demandas, por no considerar a estas como «verdaderas mujeres».
Mujeres que son percibidas como una amenaza.
En una sociedad capitalista cada vez más violenta y desigual, en la que el cuerpo de las mujeres se cosifica y mercantiliza y la violencia machista toma nuevas formas, mujeres trans, bisexuales o lesbianas, no escapan a esta realidad.
Por un lado su sexualidad se fetichiza. Si una busca «lesbiana» o “transexual” en google, es raro que no salga algo de porno para hombres heterosexuales. Al mismo tiempo, sufren violencia homófoba, transfóbica y machista tanto a causa de su orientación sexual que se sale de la heteronormatividad, como por su identidad de género, cuando ésta no se ajusta a los estereotipos de mujer que esta sociedad nos impone, o a los roles que se nos asignan, encaminados a cumplir con nuestro papel dentro de la familia nuclear; que es la forma de organización doméstica que el sistema promueve y alienta, por ser la más favorable a los intereses de los capitalistas. Son millones las mujeres que en todo el mundo, sufren las llamadas «violaciones correctivas».
Según un informe de FELGTB de noviembre de 2018, entre un 60 y un 80% de los actos violentos que sufre el colectivo no se denuncian. Y de ellos sólo el 21% fueron denuncias realizadas por mujeres lesbianas y menos aún por mujeres trans. Esto no significa que los hombres homosexuales sufran mayor violencia, si no que las mujeres denuncian aún menos. Las mujeres trans, arrastradas a la prostitución, se ven desamparadas ante la violencia que la industria del sexo les impone, porque mientras el sistema las criminaliza a ellas, ampara a los que se benefician de su explotación sexual.
¡La lucha contra la LGTBIfobia, es parte de la lucha por la revolución socialista!
La homofobia, transfobia y el machismo son opresiones usadas por el capitalismo para dividir y debilitar a la clase trabajadora, de la que forman parte mujeres trans, bisexuales o lesbianas. Por eso, frente a la parcialización y división de la lucha de los distintos sectores oprimidos, nosotras defendemos la unidad de todos como parte de la clase trabajadora, desde una perspectiva de clase y con una estrategia revolucionaria. Porque sólo una revolución socialista que derribe el capitalismo pondrá las bases materiales sobre las que habrá de florezca una sociedad nueva con relaciones sociales y sexuales más libres e igualitarias, libres de temor, prejuicios o intereses materiales.
Mujeres trans, bisexuales y lesbianas de clase trabajadora, sufren en el Estado Español una discriminación específica, al menos en tres ambitos: el laboral, sanitario y educativo.
A nivel laboral en el caso de mujeres trans, su brutal discriminación aboca a una mayoría de ellas a ejercer la prostitución para poder sobrevivir. Esta discriminación empieza por las trabas para el reconocimiento de su género ante el Estado, más aún si son migrantes. Salirse de la norma social, como hacen mujeres trans y lesbianas, supone mayor dificultad para encontrar un empleo, promocionarse dentro de él, así como mayores posibilidades de sufrir un acoso laboral al que ya de por sí todas las mujeres estamos expuestas. Todo ello amparado por las reformas laborales del PP y del PSOE, de las que las mujeres somos las más perjudicadas a golpe de brecha salarial, temporalidad y mayores tasas de desempleo
A nivel sanitario, los recortes, la transfobia y el machismo social existente, impiden el desarrollo de protocolos específicos en ginecología para atención sanitaria de mujeres que tienen sexo con mujeres, ya sean cis o trans. También se vulnera el derecho de mujeres trans a la asistencia sanitaria para su transición ya que debido a la falta de recursos, formación de profesionales sanitarios y a la legislación vigente, se cuestiona su identidad y se les cierran las puertas a tratamientos de hormonación y operaciones, necesarias para la supervivencia en una sociedad en la que ser visiblemente trans acarrea violencia desde que pisas la calle. Y aunque el gobierno de Sanchez devolvió a mujeres solteras y lesbianas el acceso a las técnicas de reproducción asistida en la sanidad pública y la mayoría de comunidades autónomas han revertido la exclusión perpetrada por el PP, este derecho sigue sin estar blindado a nivel estatal, por lo que los pactos postelectorales pueden poner este derecho en entredicho y habrá que estar atentas.
A nivel educativo, el tijeretazo al presupuesto supone una persistente ausencia de protocolos contra la violencia machista y LGTBIfóbica en las aulas. Falta formación y sensibilización a alumnado y profesorado ante esta realidad y sigue sin existir educación sexual y en igualdad obligatoria y curricular, en la escuela pública.
Esto supone una dificultad enorme para que mujeres lesbianas, bisexuales o trans puedan desarrollar su identidad y fortalecer su autoestima aumentando el riesgo al fracaso escolar y a una consecuente precarización laboral. En los últimos tiempos la visibilidad de hombres gays ha aumentado y cada vez son más numerosas sus apariciones en el contexto público. No ocurre así con ellas, pese a que desde 2008 se celebra el 26 de Abril como “Día de la visibilidad lésbica». La falta de referentes sociales, culturales, políticos etc…, dificulta que muchas se atrevan a «salir del armario”, lésbico y/o trans.
En la actualidad, la sexualidad sigue girando en torno al hombre, que es el único legitimado socialmente para expresar líbremente su derecho a la búsqueda de placer, mientras las mujeres en toda nuestra diversidad, seguimos relegadas a un segundo plano. No en vano se sigue considerando que las lesbianas son mujeres «con un comportamiento masculino» o que las mujeres trans son “hombres pervertidos”.
¡Por un 28 J de clase y combativo!
Por eso para nosotras también este 28 J sigue siendo un día de lucha y reivindicativo donde salir a la calle para exigir:
-
¡Fuera el discurso racista, homófobo y transfóbico de la derecha con la movilización y la lucha en la calle!
-
Aumento del gasto sanitario y medidas para la despatologización de las entidades trans. Información y campañas de prevención o políticas de salud sexual para mujeres que mantienen relaciones sexuales con otras mujeres.
-
Derecho a la autodeterminación del género, eliminando el requisito de la patologización.
-
¡Ni un paso atrás en el acceso a las técnicas de reproducción asistida en la sanidad pública para todas!
-
Mayor presupuesto en educación para implantar en el currículum escolar,
Educación sexual y en igualad. Protocolos para prevenir el acoso escolar por LGTBIfobia -
Cupos especiales de empleo y otras medidas a nivel laboral que posibiliten a mujeres trans un trabajo digno, alejado de la violencia mortal de la prostitución. Protocolos en los centros de trabajo para prevenir y atajar cualquier forma de acoso y discriminación laboral por identidad de género u orientación sexual
-
Recursos y atención médica, psicológica y judicial para cualquier mujer que sufra agresión sexual