Vamos aprovechar la crisis entre los de arriba e ir a la lucha para derrotar la reforma de las Pensiones.
El ex presidente Michel Temer fue arrestado en São Paulo en la mañana del jueves [21] por operación Lava Jato de Rio de Janeiro. También fueron presos el ex ministro Moreira Franco, suegro de Rodrigo Maia (DEM-RJ), presidente de la Cámara de los Diputados, y el coronel João Baptista Lima Filho, brazo derecho de Temer.
Temer está imputado en 10 proceso judiciales. Cinco de ellos fueron enviados a la primera instancia, cuando ya no tenía más privilegios [de presidente, ndt.]. La verdad es que Temer y sus amigos ya debían haber sido arrestados hace mucho tiempo. Todo el Brasil recuerda muy bien la escena donde Rodrigo Rocha Loures, ex asesor Temer (MDB), conocido como el “hombre de la maleta” fue flagrado por la Policía Federal, en un video, corriendo con una maleta conteniendo R$ 500 mil reales. El dinero era producto de propinas [coimas, ndt.] cobradas por el ex presidente.
En este sentido, es un absurdo que sectores que se dicen de izquierda se posicionen contra de la prisión de Temer. Defendemos que todos los corruptos y corruptores deben ser presos y que se confisquen sus bienes. Pero esto no ocurre. Faltan muchos: Aécio Neves (PSDB-MG), Eliseu Padilha, Renan Calheiros (PMDB-AL), José Sarney, Onyx Lorenzoni, Fabrício Queiroz y Flávio Bolsonaro (involucrado em corrupción, milícias paramilitares, etc.), y mucho más.
Muchos de los corruptores están en “arresto domiciliario” en sus mansiones, gozando de sus bienes robados a través de la corrupción. Por eso siempre dijimos, y seguiremos diciendo, que no debemos depositar ninguna confianza en que la justicia, la Lava Jato o en Sergio Moro van a meter en la cárcel a todos los corruptos.
El propio Moro aceptó ser ministro de Justicia de un gobierno que defiende la tortura y los torturadores, y ya comenzó salvando a Lorenzoni, ministro de gobierno, a pesar de ser un delicuente confeso de práctica de Caja 2[financiación electoral ilegal, ndt.]. A comienzos de año, Moro dijo que no había problemas con Lorenzoni, pues él había “pedido disculpas”. Después dijo que “Caja 2 no tiene la misma gravedad que la corrupción”, en flagrante contradicción con lo que decía cuando no era ministro. Sergio Moro también se quedó en silencio total cuando salieron a la superficie las artimañas de Fabrício Queiroz, ex asesor y ex chofer de Flávio Bolsonaro (PSL).
Queiroz movió de forma sospechosa R$ 1,2 millón en su cuenta. Entre esos movimientos está un cheque de R$ 24 mil pagado a la actual mujer de Jair Bolsonaro, Michelle. Además, Flávio Bolsonaro, en solo un mes, realizó 48 depósitos en efectivo en una cuenta del senador electo, totalizando R$ 96 mil. Cuestionado sobre el caso Queiroz, Moro simplemente declaró: “No me cabe comentar sobre eso”. Después llegaron las denuncias revelando el esquema de “candidatos fantasmas” del PSL [partido de Bolsonaro], donde dirigentes del partido articularon una serie de candidatos falsos [laranjas][1]. El objetivo era desviar dinero del fondo electoral [del Estado] a la cual la sigla tiene derecho. Una vez más, Moro no abrió la boca.
A continuación, vinieron las acciones de la “Operación Intocables” revelando las conexiones de Flavio Bolsonaro y su asesor Queiroz con jefes milicianos[organizaciones criminales paramilitares] de Rio de Janeiro[2]. La madre y la mujer de uno de los milicianos presos en la operación estaban hasta noviembre pasado empleadas en el gabinete de Flávio.
Una vez más, Moro se lavó las manos y dijo que “no hay nada concluyente sobre eso”. Moro forma parte de un lado en la pelea entre los sectores burgueses. Al aceptar entrar en el gobierno, salva a bandidos como Queiroz y Flavio Bolsonaro y defiende a Lorenzonni.
Es necesaria la prisión de todos los corruptos y corruptores. Todos deben tener sus bienes confiscados. Que las empresas involucradas con corrupción sean expropiadas y puestas bajo control de los trabajadores. La prisión de Temer en ese momento tensiona las divisiones entre los de arriba, entre los diferentes sectores burgueses y también entre los diferentes sectores del gobierno. Un momento en que está en caída libre la popularidad de Bolsonaro y hay peleas en la base oficialista: Moro y Rodrigo Maia, STF, Ejecutivo y Congreso, etc.
Nosotros, los trabajadores, los abajo, debemos aprovechar ese momento en que la crisis política se profundiza, dividiendo el a los de arriba para fortalecer nuestra lucha contra la reforma de las Pensiones ¡Podemos derrotarlos! Reforma, por otra parte, que es defendida por todos estos sectores burgueses: Bolsonaro, Moro, Rodrigo Maia, Temer, Gilmar Mendes y cia. Es hora de construir una huelga general que pare el Brasil e impida la reforma de las Pensiones, y la confiscación de nuestras jubilaciones ¡Vamos a la lucha!
Notas:
[1] Un candidato “laranja” es un candidato de fachada, que presta su nombre sin intención de concurrir de hecho en el proceso electoral, sólo para desviar dinero del fondo electoral.
[2] Las milícias son formadas muchas veces por ex policías, militares y agentes de fuerzas de represión, extorsionando a la población de los barrios pobres y periféricos.