El gobierno ha lanzado un gran campaña de propaganda a favor de los Presupuestos. La ministra Montero dice sin sonrojo que «atienden a las clases populares, combaten la desigualdad y son la mejor vacuna contra la ultraderecha«. PP-C’s-Vox parecieran darle la razón al calificarlos de «chavistas» y de ser «una imposición de Podemos y de los que quieren romper España«.
El principal apoyo viene de Podemos. Irene Montero dice que son «los presupuestos más sociales de la historia» y que los defiende «más que el propio Gobierno«. Podemos los pactó para postularse como socio de Sánchez en un futuro «gobierno del cambio». Sánchez lo hizo para dar lustre social a los presupuestos y utilizar a Podemos para «ablandar» a los independentistas catalanes.
Avalados por la UE
Antes de entrar en el detalle, es bueno recordar que el guardián del gran capital europeo, la UE, no ha tenido problema en darles su bendición porque respetan los mandatos de Bruselas, empezando por el pago de la deuda pública a los bancos (31.000 millones de intereses) y por la fuerte reducción del déficit público a costa de las necesidades del pueblo.
Son unos presupuestos inciertos. No sólo en lo político (pues no está claro si contarán con los votos, imprescindibles, de ERC y PDeCAT), sino en lo económico, ya que dependen de unas previsiones de ingresos nada claras. Juegan, por ejemplo, con 5000 millones de IVA que no salen de la recaudación sino de un cambio en el Sistema de Información del impuesto. Asimismo, las expectativas de los nuevos impuestos a crear (tasa Google y transacciones financieras), si es que llegan a crearse, están infladas. Todo esto significa que si no se cumplen las previsiones de ingresos, dejará de ejecutarse una parte de los gastos sociales.
Medidas «estrella» que son, en realidad, independientes de los presupuestos
Las grandes medidas «estrella» presentadas como parte de los presupuestos, son independientes de estos. Es el caso del SMI (cuyo aumento, siendo importante, está lejos de las demandas sociales mínimas -1000 €- y cuyo alcance está severamente limitado por la extrema precariedad). Es también el caso de los límites a la subida de los alquileres o el del cambio de la factura de la luz. En estos últimos, Sánchez no ha tenido escrúpulos en no respetar el pacto alcanzado con Iglesias, provocando el actual tira y afloja con Podemos.
El contenido de los presupuestos
Han proclamado que una de las grandes conquistas de los presupuestos era el aumento del gasto en pensiones, pero lo que hay en realidad es la subida del 1,6% de la inflación, que es una concesión obligada a la lucha pensionista. También han subido un 3% a las pensiones más bajas, algo simbólico porque siguen siendo de auténtica miseria. A la vez, por la espalda, han recortado las míseras pensiones de invalidez permanente al desvincularlas del SMI.
Otra medida «estrella» es la Dependencia. Pero esta partida ha crecido mucho en porcentaje (59%), pero no tanto en millones efectivos (830). Ocurre lo mismo con las becas. Han hecho propaganda con la eliminación del copago de las medicinas a los pensionistas más pobres, pero la medida se aplicará en cinco años. Para violencia de género dedican sólo 220 millones y la Memoria histórica se queda con 15 millones testimoniales.
Hay una medida que merece señalarse por su cinismo: la de «sacar a 82.000 niños de la pobreza severa». El contenido real de tal titular es la entrega de ¡48€ por mes a familias que ingresan menos de 355 € al mes!
En cuanto a la inversión autonómica en infraestructuras, PP-C’s-Vox han montado un show a cuenta de los gastos previstos para Cataluña. El ABC, por ejemplo, llegaba al delirio con una portada que decía «el golpismo tiene premio». En realidad, la distribución de los fondos está hecha según corresponde por ley y no hay un trato especial a Cataluña.
Para compensar la «generosidad social» de los presupuestos, el Gobierno se ha negado a aprobar por ley la actualización de las pensiones con el IPC. Tampoco elimina el «factor de sostenibilidad», destinado a rebajar las nuevas pensiones. Y en paralelo, anuncia su disposición a penalizar las pensiones anticipadas y a aumentar los años de cómputo a 35, endureciendo la reforma Zapatero. Del mismo modo, no van a derogar ni siquiera los elementos más retrógrados de la reforma laboral del PP, ni siquiera la ley mordaza.
Estos presupuestos no pueden ser apoyados
Unos presupuestos así no pueden ser apoyados. Avalados por Bruselas, no cambian nada importante respecto a los últimos de Montoro y no dan respuesta a la degradación social y laboral. Sólo pueden provocar desmoralización y facilitar la demagogia de la derecha.