Como era de esperar, el Tribunal Superior de Justicia de Navarra ha ratificado la condena de 9 años de prisión para los miembros de La Manada, por un delito continuado de abuso sexual con prevalimiento.
Algunos medios y el propio gobierno,se afanan en decir que esta resolución sería un paso adelante porque se ha dado credibilidad a la víctima y porque se desestima la absolución que pedía la defensa.
Los magistrados consideran probado que existió maltrato y vejación. Que tendieron a la denunciante una encerrona y que no hubo consentimiento por parte de ésta. Pero exceptuando los dos votos particulares, para este Tribunal no hay agresión sexual o violación “porque no fue necesario acto expreso de fuerza por los acusados para conseguir sus propósitos, ya que la víctima se limitó a callar y esperar a que todo pasase cuanto antes con el menor daño posible para ella”
Esta forma de razonar,sigue asquerosamente impregnada de esa moral reaccionaria, machista y clerical que imperó durante cuarenta años de dictadura franquista, en la que cualquier mujer era considerada sospechosa si no estaba dispuesta a defender hasta el final, su decencia, su honor y su honra como mujer.
Apaciguar los ánimos con medidas cosméticas y reconducir el descontento al redil de las instituciones ¡Ninguna confianza!
Tan sólo unas horas después de conocer esta sentencia, cientos de mujeres, especialmente las más jóvenes, volvieron a lanzarse a la calle una vez más, para expresar su rabia e indignación a la misma. Entre los reclamos de las organizaciones feministas está cambiar las leyes y que se forme a los jueces para que estos tengan «perspectiva de género».
En esa línea, el gobierno de Rajoy intentó apaciguar los ánimos y frenar el descrédito de su gobierno cuando se conoció la primera sentencia, reuniendo una comisión de expertos para reformar los delitos sexuales dentro del Código Penal. Ese Código revisado cinco veces desde 1995, que sigue sin definir el delito de violación en base al criterio más elemental: NO ES NO y toda relación sexual no consentida es violación, que rige ya en siete países europeos tras años de lucha. Una comisión que tuvo que ser suspendida para integrar en ella a mujeres y que sólo se ha reunido una vez desde hace seis meses.
El gobierno «feminista» de Sánchez por su parte, acató la decisión posterior de la Audiencia de Navarra que dejaba en libertad provisional a estos violadores, que no muestran ningún arrepentimiento, lo que volvió a desatar una nueva oleada de protestas en la calle.
Recientemente anunció un Acuerdo presupuestario con Podemos en que se habla de una nueva Ley sobre violencia sexual que equipare abuso y agresión sexual basada en consentimiento y no en si hubo violencia e intimidación. El único problema es que esta Ley, como el resto de «medidas feministas» anunciadas por este gobierno, siguen presas de unos Presupuestos de momento congelados, que están completamente sometidos a Bruselas y por tanto no tienen más utilidad que servir de marketing ante las próximas elecciones.
Una sentencia que es… ¡más de lo mismo!
Este dictamen del Tribunal Supremo viene a sumarse a otras sentencias que han contribuido a mostrar la podredumbre de un sistema judicial cada vez más desprestigiado ante el pueblo. Es la misma justicia que condena por «maltrato ocasional» a un sujeto que intentó matar a su ex-esposa, primero con un cuchillo y luego estrangulándola, en presencia de sus hijos. Es la misma que absolvió del delito de agresión sexual a dos hombres porque la víctima, “si bien lloraba y decía que no (…) no fue capaz de expresar la negativa de manera física”. Es la misma que encubre y protege a políticos y Borbones corruptos. La misma que encarcela toda forma de protesta social o se querella con quienes osan injuriar a la Monarquía u ofender a la Iglesia. Y así podríamos seguir, porque sobran ejemplos. Es la misma en fin, que con total descaro se salta sus propias normas para favorecer a los banqueros.
Por eso cambiar las leyes, crear otras nuevas o formar a los distintos operadores jurídicos en violencia machista para que adquieran «perspectiva de género» es totalmente insuficiente e inútil, sin antes depurar este Sistema judicial machista y propatronal, que es quien aplica e interpreta las leyes.
La lucha y la organización, son el único camino
Desde Corriente Roja nos sumamos al repudio de esta nueva sentencia machista. Pero no basta con salir a la calle un día para desahogarnos y menos aún dejar en manos de este gobierno, de jueces y partidos de este régimen, las medidas a adoptar. Para atajar la violencia sexual, incluyendo las agresiones sexuales que no paran de crecer y acabar con las sentencias machistas, tenemos que seguir organizándonos hasta lograr que esta lucha sea tomada por el conjunto de la clase trabajadora. Hacemos un llamamiento para que de aquí al próximo 8M, las organizaciones sociales, estudiantiles, obreras y de mujeres, construyamos juntas/os un Plan de medidas de urgencia, que sea parte de las reivindicaciones de esa próxima Jornada de lucha.
Por una salida obrera y democrática a este régimen podrido
Al mismo tiempo, tenemos que ser conscientes de que no es posible depurar este sistema judicial sin echar abajo este régimen del 78 que significó la continuidad de los principales aparatos de estado franquistas, entre los cuales la Judicatura es una pieza fundamental. Un régimen al que como hemos visto este 6D, todas las «fuerzas constitucionalistas» se empeñan en apuntalar, aunque sea haciéndole algunas reformas.
Es preciso construir una salida obrera y democrática que permita romper con este régimen monárquico que ampara y da cobijo a corruptos, violadores y maltratadores y abrir un proceso constituyente en el que las mujeres, especialmente las trabajadoras, podamos poner sobre la mesa nuestras demandas y reivindicaciones.
1. Modificación inmediata del Código Penal calificando como violación toda relación sexual no consentida: NO es NO.
2. Depuración del sistema judicial e inhabilitación de jueces machistas.
3. Elección democrática de fiscales y jueces por los ciudadanos/as.
4. Generalización del Jurado, garantizando formación a la población y en concreto contra el machismo.
5. Formación en violencia machista del personal que atiende a quienes la sufren, tanto en el ámbito judicial y policial como en el social o sanitario.
6. Educación sexual y en valores de igualdad, obligatoria en todas las etapas educativas.
7. Promover la autodefensa de las mujeres frente a las agresiones. Protocolos contra el acoso en lugares de trabajo y estudio.
8. Basta de cosificación e hipersexualización del cuerpo de la mujer.
9. Aumento inmediato de fondos para recursos y protocolos de atención sanitarios, para mujeres que sufren agresión sexual.
10. Ni un sólo violador más en la calle: ¡La Manada a prisión YA!