El 18 de abril se inició un ciclo de protestas contra el decreto de reforma de las pensiones, que recarga el peso de la crisis sobre los/as trabajadores/as y que además fue hecha en secreto, ni siquiera pasando por la Asamblea Legislativa. Pero esta medida fue el detonante de una situación que venía de largo con movilizaciones de solidaridad juvenil con la primera reforma pensional en 2013, movilizaciones de mujeres (siempre reprimidas inclusive el 8 de Marzo), la masiva movilización campesina en contra del Canal Interoceánico o las movilizaciones juveniles y ecologistas en contra de la irresponsabilidad gubernamental con el Incendio de la Reserva Indio-Maíz.
Finalmente, el anuncio de la reforma del INSS, “derramó el vaso”, miles de jóvenes y de sectores populares salieron a protestar contra la inconsulta reforma. La brutal y sanguinaria respuesta de la tiranía de Ortega, hizo que se extendiera la movilización.
La respuesta del gobierno:
Durante estos años de gobierno no solo tuvo cooptadas a las organizaciones sociales, sino que atacó con dureza a cualquier opositor con campañas mediáticas o directamente a través de la Juventud Sandinista-19 de julio (bandas armadas de lúmpenes, que ha organizado el régimen como grupo de choque), la Policía Nacional y el Ejército.
La brutal represión a dichas protestas por parte de Daniel Ortega y Rosario “Chayo” Murillo (vicepresidente y esposa de Ortega), rápidamente se han trasformado en una auténtica rebelión popular contra el gobierno, abriendo una profunda crisis política que comenzó a plantearse como objetivo la caída del gobierno Ortega-Murillo.
Esta movilización además de hacer retroceder al gobierno en las medidas y dejarlo herido de muerte marca la ruptura del control totalitario del FSLN sobre el movimiento estudiantil, sindical, campesino y sobre las barriadas populares. La movilización se ha realizado rebasando el control que el sandinismo ha tenido por décadas sobre los principales organismos de masas.
Las perspectivas:
La que empezó como una protesta por las reformas de la seguridad social, se ha convertido en una rebelión popular contra la tiranía, contra el gobierno de Daniel y la “Chayo” por su salida del gobierno, para conquistar el derecho efectivo a la libertad de organización, manifestación y prensa.
Para conseguir estos objetivos se impone la organización de la autodefensa popular frente a la policía, el ejército y a las turbas sandinistas; la creación de comités o consejos populares democráticos de lucha que unifiquen y coordinen a toda la población, discutan las medidas de seguridad para preservar las vidas y para paralizar el país hasta que caiga el gobierno.
Se necesita imponer el juicio y castigo a todos los asesinos de la policía nacional, de las turbas sandinistas y a la dinastía de los Ortega-Murillo. Ni perdón ni olvido ante los asesinos del pueblo. Justicia para los caídos en lucha.
Una de las lecciones que podemos sacar de esta lucha es que se llame Ortega, Macri o Rajoy todos aplican los mismos planes de recortes impulsados por el FMI, la Troika o la UE. Por eso debemos darle todo nuestro apoyo y solidaridad al pueblo nicaragüense para que derrote al clan Ortega y sus recortes porque es parte de una misma lucha.
El Sandinismo: ¡Crónica de una muerte anunciada!
Desde el 79 la Revolución Sandinista fue asfixiada en sus fronteras nacionales con la política de la dirección de Fidel Castro de “no hacer de Nicaragua una nueva Cuba, ni de El Salvador una nueva Nicaragua”. La política desde entonces fue pactar con la burguesía y renunciar a impulsar una lucha revolucionaria en el conjunto de Centroamérica.
Nicaragua, bajo Daniel Ortega se ha transformado en un régimen dictatorial burgués que ha garantizado a pies juntillas los intereses del imperialismo estadounidense, la política del FMI, los intereses de la burguesía nicaragüense y el surgimiento de una burguesía sandinista que parasita de los negocios con el Estado y cuyos máximos exponentes son la misma familia Ortega, dejando completamente enterrado el programa y los ideales con los que nació el sandinismo.