Gaël Quirante, secretario departamental de SUD actividades postales del 92 y militante del Frente Social, está padeciendo un verdadero acoso disciplinario: 10 intentos de despido en 14 años, y casi un año de suspensión de sueldo acumulando todas las suspensiones.

La Poste (Correos) intentó despedirlo en 2010 acusándolo de secuestro durante su participación en una ocupación de la dirección departamental de La Poste: su despido había sido rechazado sucesivamente por la Inspección del Trabajo en 2010, por el Ministro del Trabajo en 2011, y después por el Tribunal Administrativo en 2014.

En abril de 2017 el Tribunal Administrativo de Versalles anuló las 3 decisiones anteriores reactivando todo el procedimiento judicial, obligando a Gaël a pasar de nuevo por la Inspección del Trabajo…que una vez más ha rechazado el despido, enviando, 8 años después de los hechos, el dossier de Gaël al despacho de la Ministra del Trabajo actual: Muriel Pénicaud.

 

La represión atañe a todos y todas las que luchan…

Esa lógica represiva atañe hoy a un gran número de sectores militantes: más de 4.000 expedientes disciplinarios o penales están en marcha contra huelguistas y/o manifestantes desde el movimiento de 2016 contra la Ley del Trabajo. El argumento que durante tiempo ha sido esgrimido en contra de los carteros del 92: “vais demasiado lejos, ustedes sois los que provocáis la represión” ya no tiene ninguna credibilidad. Hoy en día, cualquier tipo de resistencia, por poco que sea, contra la patronal o el gobierno, está expuesta a una forma u otra de represión.

 

…pero en este caso es una política determinada la que está siendo atacada.

Sin embargo, el ensañamiento muy concreto que afecta a Gaël se explica mediante otro elemento. La política de reagrupamiento llevada a cabo por SUD Poste 92 en un primer momento a escala del sector de los y las carteras y con el Frente Social, ahora, a una escala más amplia: es lo que molesta a la dirección de La Poste (correos) y al gobierno. Una política que hace que otros sectores se hagan partícipe de ella y que suscite una represión verdaderamente dura: 10 años de suspensión de sueldo acumulada por militantes de SUD y de CGT combativos en la región de Ile-de-France desde 2012 han sido censadas, 14 años desde 2010.

 

Una paradoja militante

Todos los desafíos que se planteaban a causa de los fuertes grados de represión han sido en todo momento superados.

Un ejemplo: durante las primeras suspensiones al principio de los años 2000, la costumbre era para el militante afectado ir a buscar trabajo en una ETT durante los meses de la sanción, y por tanto de suspender su actividad militante. Los y las camaradas han acostumbrado a su organización sindical a mantener la actividad militante de los miembros golpeados por las suspensiones, apoyándose en jurisprudencias favorables que indicaban que durante las suspensiones los mandatos sindicales no son suspendidos y manteniendo su salario. Esa costumbre se ha extendido a día de hoy a otros equipos sindicales más allá del 92.

La reactivación del procedimiento de despido y la fuerte probabilidad de que éste se dé han obligado al equipo militante de SUD Poste 92 a reagrupar alrededor de ellos un amplio sector de apoyo a Gaël: varias estructuras importantes de CGT como las uniones provinciales del Norte y de París, la FSU (Sindicato de Enseñanza), Solidaires, el presidente de la LDH (Liga de los Derechos Humanos), un miembro del Secretariado Confederal de CGT, de J.L Mélanchon hasta Nathalie Arthaud (Lucha Obrera) pasando por Marie-George Buffet (PCF) y Philippe Poutou (NPA), intelectuales y artistas. Esa lista consecuente de firmantes no existiría sin un trabajo militante de 15 años de implantación, de peleas persistentes contra la política de La Poste y de la búsqueda sistemática de convergencias con otros sectores.