Vivimos un periodo de crisis general del sistema capitalista donde la barbarie se expresa en la vida cotidiana de múltiples formas, sean guerras, desastre climático o avance de la desigualdad social. Por su parte, la naturaleza de la “democracia europea” ya quedó en evidencia cuando estalló la crisis económica del 2008 y nos impuso unos despiadados planes de ajuste. Tras el paréntesis de la COVID, la UE ha vuelto a aprobar la vuelta al redil del ajuste presupuestario, es decir, más recortes y privatizaciones a nuestros servicios y prestaciones públicas.
Por: Corriente Roja
En este contexto, las opciones más reaccionarias y autoritarias, que defienden a capa y espada las medidas liberales como receta universal, se fortalecen y van ganando base social — baste ver a los Milei, Abascal, Ayuso y compañía. Frente a este “bloque” burgués reaccionario se conforma otro “bloque” burgués, el de los sectores vinculados hoy a las grandes multinacionales de la energía, el automóvil, la industria militar o los bancos. Es el Bloque que apuesta por “la paz social”, por la “democracia” como mecanismos de preservación del sistema capitalista y su “orden”. Ya no hablan de cambio social, piden el voto para “parar a la extrema derecha” mientras desde el “gobierno progresista” apuestan por el “crecimiento económico” de los bancos, el “capitalismo verde” y a cambio hacen algunas concesiones miserables a los sectores “en riesgo de exclusión social” a expensas de las bajadas salariales y la desregulación gradual de derechos laborales y sociales.
Se declaran defensores de la sanidad pública, pero preservan la ley 15/97 que garantiza la privatización de la sanidad. Se manifiestan un domingo en defensa de la sanidad pública y se suman a los gritos contra Ayuso, para tres días después, desde el gobierno progresista, privatizar el Hospital militar de Chamberí y entregárselo al grupo Quirón.
Denuncian, con toda razón, la repugnante xenofobia de la extrema derecha, para desde el gobierno progresista levantar las vallas de la muerte en Melilla o desde la UE aprobar el Pacto de Inmigración y Asilo, un pacto que Médicos Sin Fronteras lo ha denunciado como “una abolición del derecho a solicitar asilo en la UE” que “avala los rechazos en frontera, obstaculiza el acceso al asilo y criminaliza injustamente a las personas migrantes y refugiadas”. Un gobierno que reconoce tarde y mal el Estado palestino, mientras sigue vendiéndole armas a Israel.
Cuando vivienda y salarios se han convertido en un binomio incompatible, (entre el 2014-2023 el salario real medio creció un 5,37%, mientras el alquiler medio aumentó el 46,1%); cuando la “fijeza” en el empleo es sinónimo de reducción de los salarios (fijos discontinuos, jornadas parciales…) de pobres con empleo… ¿De qué se extrañan que crezca la desafección política, el hastío, el abismo abierto entre “los políticos” y la gente trabajadora?
El voto útil es el que sirve para luchar y construir una alternativa obrera a la debacle social
Por eso no vamos a votar ni a los reaccionarios de la derecha o la extrema derecha ni a los que desde los gobiernos progresistas les abren la puerta. Ni un voto obrero para partidos patronales, capitalistas, sean “progresistas” o “liberales”.
Corriente Roja somos una pequeña organización obrera y en buena parte juvenil y precisamente por ello sentimos el mismo hastío y el mismo rechazo hacia las instituciones, gobiernos y partidos que prometen lo que luego no cumplen y dibujan una realidad, “un relato”, que está lejos, muy lejos de lo que nos toca vivir cada día.
Pero decir esto, no significa en absoluto que seamos abstencionistas. Estas elecciones, sustentadas en una ley antidemocrática y hecha a la medida de los partidos mayoritarios con sus grandes aparatos, su propaganda masiva y su financiación a raudales, deben aún y así aprovecharse para explicar y divulgar, entre trabajadores y la juventud, un programa de lucha por una salida obrera, democrática y socialista. Así lo hemos hecho con candidatura propia en otras ocasiones, aunque esta vez valorando la situación, el esfuerzo requerido y la dimensión de nuestras fuerzas hayamos resuelto no presentarnos.
Estas elecciones europeas, marcadas por el desencanto general, así como por la presión del llamado “voto útil”, el voto resignado al “mal menor”, Corriente Roja llamamos a votar a la candidatura de CRT, que se presenta por primera vez a las Elecciones europeas.
Llamamos a votarles porque en su campaña electoral presentan varias medidas programáticas con las cuales acordamos para defender el empleo, los salarios, los servicios públicos, atender las necesidades sociales más básicas, combatir el racismo institucional o resolver la crisis medioambiental causada por los capitalistas.
Porque al igual que Corriente Roja, defienden que sólo con la auto-organización de la clase trabajadora, los pueblos y sectores oprimidos, podremos enfrentar los ataques de la ultraderecha, los planes de ajuste de la UE, o la represión a la protesta social.
Llamamos a votarles porque acordamos con que no es posible refundar la UE para ponerla al servicio de la clase trabajadora y los pueblos. Frente a esa utopía reaccionaria, frente a esta Europa fortaleza y al servicio del capital, defendemos igualmente que la única salida de fondo es romper con la UE y luchar por unos Estados socialistas de Europa, por una Europa socialista de la clase trabajadora y los pueblos.
Nuestro voto a la candidatura de CRT es en esencia un voto para lograr que en el Parlamento europeo haya un altavoz que sirva de apoyo a las actuales luchas obreras, antirracistas, feministas y ecologistas. Ese será el verdadero sentido útil del voto.
No hemos olvidado que en las anteriores Elecciones europeas los compañeros/as de CRT llamaron a votar Corriente Roja. Llamamos por tanto a nuestra militancia, a las y los simpatizantes de Corriente Roja, a los activistas con los que coincidimos en las luchas obreras y democráticas, con los que juntos/as construimos todos los días co.bas o los espacios unitarios de lucha, a que el día 9 de junio votemos a CRT.
Y vente a construir con Corriente Roja, un partido obrero y revolucionario
La lucha por una salida obrera y socialista, una salida anticapitalista consecuente, que se abra camino en medio de la polarización social que vivimos exige muchísimo mas que el voto en unas elecciones o la defensa de tal o cual medida parcial.
Para Corriente Roja y la LIT.ci, implica necesariamente la construcción de un Partido y una internacional revolucionaria que ayude a la clase obrera a imponer el único gobierno que estamos necesitando, un gobierno de los trabajadores/as.
Ya nos gustaría que en esa tarea, que es la estratégica y vital para que la clase obrera dejemos de ser el furgón de cola de los partido burgueses, también pudiéramos coincidir con las compañeras/es/os de CRT. Sin embargo no es así. No vamos a renunciar a ese deseo, pero las diferencias hoy son muchas y mientras sea así lo mejor es seguir golpeando juntos cuando sea posible, pero marchar separados.
Si no hemos ido juntos a estas elecciones es precisamente porque en las reuniones habidas se constató que era imposible hacerlo cuando existen temas cruciales como la guerra en Ucrania que nos coloca en trincheras opuestas y enfrentadas, a nosotros en el lado de la resistencia ucraniana y a los compañeros de CRT en la de los amigos de Putin.
No corresponde hacer aquí un desarrollo de otras polémicas y diferencias como en el caso de Palestina y la lucha por la destrucción del Estado sionista, o la lucha contra la burocracia sindical, donde es conocido el empeño de Corriente Roja no solo por apoyar las luchas obreras sino por el esfuerzo práctico cotidiano para construir cada día y en forma práctica una organización obrera como CO.BAS, o el empeño en poner en pie acuerdos sindicales con otras organizaciones que permitan que la clase obrera intervenga en forma independiente gobierne quien gobierne. No creemos que un Partido revolucionario, obrero, se construya por fuera de la clase obrera, actuando como consejeros de los aparatos sindicales.
En nuestras publicaciones y página web hay artículos, que entre otras cosas, ayudan a entender estas polémicas, pero como hemos dicho, ahora se trata de qué hacer ante las votaciones del día 9 y aquí reiteramos nuestra posición de animar a todos nuestros amigos/as, simpatizantes y compañeras/es/os de lucha a votar la candidatura de CRT y a juntos construir Corriente Roja.