Porque un año después, nada cambió para nosotras
El pasado 8M tuvimos una jornada estatal de lucha histórica, que fue referencia a nivel internacional. Esto no es casualidad. La lucha de las mujeres es parte de la resistencia de las masas y de los pueblos contra los planes de ajuste que los gobiernos imperialistas llevan a cabo en todo el mundo. El 8M se convirtió en vehículo para canalizar la bronca e indignación social con una “recuperación económica” que es sólo para los de arriba, mientras no alcanza para atajar la violencia machista y la desigualdad. Y con un régimen que recorta derechos democráticos para acallar la protesta social, mostrando a las claras que nunca rompió amarras con el franquismo.
Un año después, nada cambió para nosotras. En 2018 fueron al menos 47 las mujeres asesinadas por violencia machista y los delitos contra la libertad sexual, crecieron en un 28’5%, respecto a 2017. El año empezó con 12 feminicidios y un chorreo semanal de agresiones sexuales, algunas grupales. Son cifras escandalosas que se repiten en otros países de Europa como es el caso de Portugal.
Junto a ello, los números confirman que en el marco de una creciente desigualdad social, las trabajadoras seguimos a la cabeza del paro, la precariedad, la pobreza, la sobrecarga en trabajos domésticos y de cuidados o las pensiones y salarios de miseria.
Un falso gobierno feminista y unos presupuestos que son un fraude
El gobierno del PSOE, no ha supuesto ninguna mejora para las mujeres y menos aún para las trabajadoras. Las engañosas medidas pactadas por Podemos, anunciadas a bombo y platillo, eran pura fachada electoral, muy por debajo de lo que las mujeres venimos demandando, como “Universalizar la educación de 0 a 3 años”, sin garantizar su gratuidad ni su mantenimiento en el sistema público. Una nueva ley de violencia sexual sin dotación presupuestaria, que deja intacto un sistema judicial machista heredero del franquismo. La equiparación de los permisos de paternidad y maternidad de aquí a 2021 al arbitrio de las «mesas del Diálogo social» entre Gobierno, Organizaciones empresariales y sindicatos o la ratificación del Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), sin incluir de una vez por todas el trabajo doméstico, mayoritariamente desempeñado por mujeres inmigrantes, en el régimen general de la Seguridad Social.
Igualmente sus presupuestos “sociales” eran un fraude porque mantenían las reformas laborales y de las pensiones, el núcleo duro de las reformas impulsadas por los anteriores gobiernos y estaban totalmente sometidos a Bruselas. Basta comparar la limosna que supuso la subida del SMI, los 220 millones para combatir la violencia machista, los 830 millones para Dependencia o la asignación familiar de 48 euros mensuales para sacar a 82.000 menores de la pobreza severa, con los 31.000 millones solo en intereses de la deuda. La raquítica subida en las pensiones, incluyendo el 3% en las de viudedad que en un 70% no se verán incrementadas, es una tomadura de pelo.
Con su pusilanimidad, sus tímidas medidas, su hipocresía, sus contradicciones, sus verdades a medias y su servilismo al gran capital, este gobierno desalienta a la clase obrera y termina dando alas a la derecha.
Gobierne quien gobierne:¡Ni un paso atrás en nuestros derechos y por aquellos que no tenemos!
Agotada la legislatura, entramos en un nuevo ciclo electoral en el que en ocasión del 8M, todos los representantes del régimen sacarán a relucir sus lazos morados sin escatimar esfuerzos para reconducir nuestra lucha, al redil institucional.
Pero las trabajadoras debemos tener claro que no podemos confiar en quienes ponen la defensa de este régimen y de los compromisos adquiridos con una UE al servicio de banqueros y capitalistas, por encima de la vida y los derechos de igualdad de las mujeres. Ni en quienes con sus promesas del cambio, se convirtieron en gestores de la miseria cuando llegaron al gobierno.
Menos aún en una derecha que con su discurso racista, homófobo y machista, pretende enfrentar y dividir a la clase trabajadora y seguir descargando sobre ella la brutal guerra social que la burguesía está aplicando para salir de sus crisis. Una derecha a la que no se combate haciendo frentes antifascistas desde las instituciones, sino con la lucha y la movilización en las calles.
¡Construir el 8M: con las y los estudiantes y con toda la clase obrera!
Este año, además de muchos motivos y razones, sobran disposición y ganas de luchar para que el 8M vuelva a ser un día grandioso con paros, huelgas y movilizaciones en todo el Estado, como quedó demostrado el pasado 25 N y más recientemente el 15 E.
Estamos hartas de sus lazos morados, sus minutos de silencio, sus leyes que no se cumplen, sus pactos de postureo, sus migajas y medidas que no alcanzan. Esta no es una pelea en abstracto contra el patriarcado, sino por demandas y reivindicaciones bien concretas. Contra las políticas y medidas que llevaron a cabo los sucesivos gobiernos y contra unas instituciones y un sistema judicial que condena a las mujeres por proteger a sus hij@s de un maltratador y sigue sin comprender que ¡“No es no y lo demás es violación”!
Por esto nos parece insuficiente y una nueva maniobra burocrática, la convocatoria inicial de paro de dos horas de CCOO y UGT, que nos impide decidir de qué forma nos sumarnos a esta huelga. Aunque finalmente UGT ha decidido rectificar ,dando cobertura legal a la huelga de 24 H “para que quien desee secundarla todo el día no infrinja la ley y no tenga problemas”. Tampoco compartimos que las organizaciones feminista y algunos sindicatos convoquen una “Huelga feminista”, donde los hombres sean llamados a hacer de esquiroles. Con esta política, terminan enfrentando hombres y mujeres y restando combatividad a esta convocatoria. Las trabajadoras necesitamos una Huelga General que paralice el país. Porque si nuestras vidas no valen, si nuestros derechos no cuentan, ¡les vaciamos las aulas y les paramos la producción!
El 8M nació históricamente como un día de lucha de toda la clase obrera por los derechos femeninos, con las trabajadoras al frente. Cien años después en esta huelga sobran banqueras, empresarias o reinas ejercientes y eméritas. También concejalas, diputadas o ministras de gobiernos que aprueban recortes sociales y medidas que agravan a diario nuestra pobreza y precariedad y nos dejan desprotegidas frente a la violencia machista.
La lucha contra la opresión y sobreexplotación de las mujeres en este sistema capitalista y por sus derechos de igualdad, tiene que ser del conjunto de la clase trabajadora y es parte de un plan de lucha más amplio que habrá que seguir impulsando después del 8M, tal y como defienden sindicatos como Cobas.
Porque necesitamos unir a la clase trabajadora, dividida por el machismo. Porque no es posible acabar con la brecha salarial, lograr un sistema público de pensiones dignas e iguales para todos, que el Estado se responsabilice del trabajo de cuidados o lograr los recursos necesarios para políticas de igualdad y contra la violencia machista, sin echar abajo las reformas laborales y de pensiones, sin la derogación del artículo 135 o sin lograr la suspensión del pago de la deuda hasta que no se garanticen las necesidades sociales básicas y nuestros derechos.
Desde Corriente Roja, llamamos al conjunto del movimiento estudiantil y a toda la clase trabajadora, a realizar asambleas democráticas en sus lugares de estudio y trabajo para debatir y decidir cómo apoyar esta jornada de lucha estatal.
Llamamos a los conflictos de mujeres en lucha, a todas las trabajadoras, desempleadas, pensionistas o estudiantes, a sumarse a nuestro cortejo en las manifestaciones convocadas en todo el Estado. Un cortejo unitario, combativo y de clase donde saldremos a la calle para exigir:
¡Ley urgente y obligatoria por la igualdad salarial!
¡Por un sistema público de pensiones dignas e iguales para todos y todas!
¡Derogación de las reformas laborales y de las pensiones!.
¡Ni recortes ni privatización!¡No al pago de la deuda!.
¡Aumento del gasto público:guarderías, centros de día, residencias y atención a la Dependencia.
¡Atención, protección y prevención contra toda violencia machista.
¡Basta de maltrato institucional!¡Depuración de un Sistema Judicial heredero del franquismo e inhabilitación jueces y juezas machistas
¡Aborto público, libre y gratuito en la Seguridad Social!.
¡Stop racismo, homofobia, transfobia y discriminación por orientación sexual!