El 28 de junio conmemoramos la lucha por los derechos del colectivo LGTBIQ a nivel internacional. Este mismo día en 1969 la juventud LGTBIQ de Nueva York (muy precaria, por la marginación social que sufrían) plantó cara a la policía en una de sus habituales redadas, donde eran golpeados y arrestados en espacios en los que buscaban seguridad y fraternidad, los pocos bares de ambiente que existían entonces, llevados por mafias.
Por Corriente Roja
En la resistencia de Stonewall (así se llamaba el bar gay donde ocurrieron los hechos) la juventud LGTBIQ más marginal (mujeres transgénero de color, prostitutas, gente sin techo) se enfrentaron a las fuerzas del estado, las cuales son una de las muchas herramientas que utiliza el capitalismo para reprimir a todos los que no encajan en su ideal de lo que una persona debería ser para tener dignidad (esto es, ser hombre, heterosexual y blanco).
La ideología de la que se vale el capitalismo para dividir a la clase trabajadora y escalar su explotación jerarquiza a las personas por una cuestión de etnia, identidad de género y orientación sexual. Puesto que dentro del colectivo LGTBIQ hay personas de todas las etnias, mujeres (incluyendo a las mujeres transgénero) y personas no heterosexuales que desafían el modelo capitalista por el cual las personas deben organizarse en núcleos familiares hombre-mujer (donde la mujer acarrea con la carga doméstica) que aseguren la herencia de la propiedad privada a la siguiente generación, la lucha por la liberación del colectivo LGTBIQ es primordial para combatir el sistema capitalista que nos explota y oprime.
Con la actual crisis económica mundial estamos viendo como los gobiernos recortan en servicios sociales para pagar la deuda que crearon las grandes entidades financieras especulando. Asimismo, se está dando un proceso de precarización del trabajo, también apoyado por los gobiernos, con el objetivo de que los capitalistas sigan obteniendo beneficios a pesar de la recesión económica.
En este aspecto, al igual que ocurría en el Nueva York de 1969, el colectivo LGTBIQ es uno de los principales objetivos de los ataques del estado. Podemos poner como ejemplo a las mujeres transgénero, las cuales sufren la discriminación laboral más fuerte dentro del colectivo, pues encuentran dificultades a la hora de reflejar su identidad de género en el registro civil (en 24 estados de Europa se exige a la persona su esterilización para poder conseguir este cambio), por otro lado, la sanidad pública no invierte en la salud de estas personas, las cuales ven sus necesidades en el proceso de transición ignoradas por lo que, de nuevo, se les imposibilita acceder al mercado laboral, siendo en muchos casos arrastradas a la prostitución.
También vimos como el gobierno del PP privatizó la inseminación artificial para las mujeres lesbianas (dentro de los muchos recortes sociales para las mujeres). Como no existen políticas de tolerancia ni programas de formación en las necesidades del colectivo dentro de la sanidad pública, nos vemos expuestos a la vergüenza sistemática en los centros de salud donde no reconocen nuestra identidad de género y nos culpabilizan por enfermedades como el VIH: la directiva de la Unión Europea 2004/33/EC, artículo 2.1, prohíbe donar sangre a todos aquellos que acarreen “alto riesgo de contacto sexual”. Acorde a la libre interpretación de esta directiva, en Inglaterra, Francia, Portugal y Finlandia existe una prohibición para donar sangre a hombres que tienen sexo con otros hombres.
Según la crisis económica va avanzando, los discursos de odio tienen más espacio público. En Madrid vemos como los neonazis de “Hogar Social” se manifiestan sin ningún impedimento por parte del gobierno. La ultraderecha política está más que cubierta por los medios: Donald Trump y su plan de expulsar a todos los inmigrantes de EEUU o la reciente campaña de UKIP en el Reino Unido por la salida de la UE, similar a la de Marie Le Pen en Francia, que utilizan como único eje el discurso xenófobo.
Sin ir más lejos, el pasado 12 de junio fueron asesinadas 49 personas LGTBIQ y muchas otras fueron heridas en un tiroteo en un club de ambiente en Orlando. A pesar de que las víctimas fueron principalmente latinas y/o negras, los medios de comunicación se apresuraron a culpar al terrorismo islámico de estos ataques. Promueven de esta forma la creciente islamofobia en todo el mundo, aunque la raíz del problema radica en la violencia sistemática hacia el colectivo y los discursos de odio que pretenden dividir y atacar al pueblo (incluyendo el discurso islamofóbico). No podemos olvidar que existe también un colectivo LGTBIQ musulmán y ni la doble opresión que estos enfrentan.
Hoy, 28 de junio, seguimos luchando por nuestra dignidad, para derrotar al sistema capitalista que nos asesina, maltrata y explota. Hoy seguimos luchando por la liberación del colectivo LGTBIQ en todo el mundo, por nuestra liberación y por la reivindicación del colectivo como eje esencial en la lucha contra todas las injusticias que comete el capitalismo.
¡Por una sociedad libre de LGTBIQ-fobia y cualquier tipo de racismo!
¡Por una sanidad pública que respete y atienda nuestras necesidades!
¡Por la no discriminación laboral y el trabajo digno!