Reproducimos a continuación la declaración de nuestro partido internacional, la Liga Internacional de los Trabajadores-cuarta internacional (LIT-ci) con motivo del 1º de Mayo, Día del trabajador:
El 24 de febrero pasado, el ejército ruso invadió Ucrania por órdenes del régimen de Vladimir Putin que, detentando superioridad militar, esperaba obtener una rápida victoria. Pero se enfrentó con una heroica resistencia del pueblo ucraniano.
La guerra continúa, a pesar de la extrema crueldad de las tácticas usadas por las tropas rusas contra la población civil y de la “limpieza étnica” que está realizando, especialmente en la región del Donbás. Se trata, sin dudas, de uno de los hechos políticos más importantes del siglo XXI, en pleno corazón de Europa, con gran impacto en la situación mundial y que pone al rojo vivo muchas de las contradicciones de esta situación.
Frente a esta invasión, la izquierda mundial se ha dividido. Un sector, las corrientes neoestalinistas y algunos movimientos burgueses, basados en un análisis equivocado del contexto mundial y con argumentos que falsifican la realidad, apoya la invasión de Putin y defienden sus atrocidades. Otro, con un análisis equivocado del significado político del conflicto, adopta la política de “no tenemos lado” y llaman a una acción meramente pacifista, que acaba favoreciendo al invasor.
En tanto, la LIT-ci y otras organizaciones sostenemos que el contenido esencial del conflicto iniciado por la invasión rusa es la agresión militar de un país más fuerte y poderoso (Rusia) a otro más débil (Ucrania). Esto se produce en el marco de que, salvo un corto período al inicio de la Unión Soviética (cuando se aplicó la política de libre autodeterminación de los pueblos propuesta por Lenin, luego combatida por Stalin, y ahora muy criticada por Putin), los gobiernos rusos siempre consideraron a Ucrania como “su patio trasero”. Por eso, apoyamos la lucha de l@s trabajador@s y el pueblo ucraniano contra la invasión y estamos por la derrota de las tropas rusas en esta guerra. Esta posición no hace más que seguir los criterios y orientaciones de nuestros maestros revolucionarios marxistas (Lenin y Trotsky) frente a guerras de significado político similar.
Al mismo tiempo que apoyamos la resistencia ucraniana, por un lado, no dejamos de decir ni por un instante No a la OTAN imperialista, denunciando sus intenciones colonizadoras y llamamos a luchar por su desmantelamiento y nos posicionamos contra el rearme de los países imperialistas. Por el otro, denunciamos el carácter burgués del gobierno de Volodímir Zelenski y su conducción de la guerra con esos criterios de clase que, entre otras medidas, ataca conquistas de l@s trabajador@s que sostienen gran parte del esfuerzo de la resistencia, y limita el armamento de l@s obrer@s fuera de su control y el del ejército ucraniano. Creemos que la guerra de liberación contra los ocupantes sólo podrá triunfar si se desarrolla cada vez más como una guerra de la clase obrera y el pueblo ucraniano. En Rusia, apoyamos e impulsamos las movilizaciones y expresiones contra la guerra y la invasión, que el régimen de Putin reprime con dureza.
El significado histórico y actual del 1º de Mayo
Desde hace más de un siglo, el 1º de Mayo es el Día Internacional de Lucha de l@s Trabajador@s, en homenaje a los Mártires de Chicago, obreros inmigrantes que fueron ahorcados en represalia por una gran lucha para lograr las 8 horas de trabajo. Desde entonces, sigue siendo un día en que l@s trabajador@s de todo el mundo levantamos nuestros reclamos contra el capitalismo en grandes actos y manifestaciones. Reclamos y reivindicaciones que se renuevan de modo permanente porque los capitalistas y sus gobiernos deterioran o directamente eliminan conquistas logradas en el pasado, con duras luchas, como la jornada de 8 horas, el salario básico, la estabilidad laboral, la jubilación…
La vida cotidiana de la clase trabajadora ya era muy dura, pero se vio empeorada con la pandemia de la Covid-19. Por un lado, esta pandemia es claramente consecuencia del capitalismo por el deterioro que provoca en la naturaleza, por haberla combatido con “una mano atada”, dado el deterioro de los sistemas de salud pública, por haber priorizado las ganancias de las empresas farmacéuticas privadas en ese combate y porque, por su avidez de ganancias, impulsó la criminal política de “nueva normalidad”.
Hasta hace pocos días se registraban, según los datos oficiales, más de 500 millones de contagiad@s y 6 millones de muert@s según cifras de la OMS (aunque varios datos más realistas como la revista científica Lancet estiman más de 18 millones). Datos que no consideran las secuelas que esta enfermedad ha dejado en aquell@s que superaron su fase aguda. Es muy claro que han sido l@s trabajador@s y los pueblos los que más han sufrido su impacto.
Además de este impacto directo, la pandemia agudizó e hizo dar un salto a la crisis económica capitalista, que ya se gestaba en 2019, lo que se expresó en una gran caída del PIB mundial, en la primera mitad de 2020. Frente a esta situación, y para recuperar el nivel de explotación y ganancia, el imperialismo, los gobiernos y las burguesías nacionales respondieron de dos maneras. La primera fue el impulso de la “nueva normalidad” (“todos a trabajar”), lo que provocó nuevas oleadas de la pandemia. La segunda fue profundizar los ataques al salario y a las conquistas laborales. Hubo una gran ampliación del trabajo precarizado con un aumento considerable de la llamada “uberización” de diversas ramas de la economía, además de un gran crecimiento del trabajo a través de aplicativos.
En la segunda mitad de 2020, se inició una débil recuperación de la economía mundial. Sin embargo, ellos no están dispuestos a devolver lo robado. Por el contrario, con la complicidad de la mayoría de las organizaciones políticas y sindicales, mantienen y profundizan sus ataques. Por ejemplo, a través de la alta inflación que deteriora al extremo el poder adquisitivo de l@s trabajador@s y las masas.
En su escalón inferior, crece la miseria: el capitalismo empuja a la barbarie a millones de seres humanos, sumidos en el hambre y en la miseria extrema. Ya no es solo precarización laboral sino directamente desempleo sin perspectivas; no es solo pérdida del poder adquisitivo, sino las necesidades más básicas insatisfechas, hambrunas, enfermedades, mortalidad infantil, crisis ambiental y deterioro de la naturaleza…
Con particular saña, esta crisis es descargada sobre los sectores más oprimidos de la sociedad. L@s inmigrantes, las mujeres trabajadoras, l@s negr@s y demás sectores oprimidos de la sociedad son, dentro de l@s trabajador@s y el pueblo, los que soportan con mayor crudeza los ataques.
Sin embargo, las luchas y la resistencia obrera y popular no han cesado, incluso durante la propia pandemia, y ahora aumentan en su intensidad. Un breve repaso de los últimos dos años, muestra intensas luchas de diversas características en países de todos los continentes: EEUU, Chile, Colombia, Cuba, Perú, Francia, Palestina, Sudán, Angola, Belarus, Kasajistán, Myanmar, Sri Lanka… Frente a estas luchas, las burguesías de algunos países responden con dictaduras y golpes de Estado. En muchos otros, lo hacen con represión “institucional” y persecución judicial a l@s luchador@s, mientras buscan desviar las luchas al camino estéril de las elecciones burguesas.
¡Organicemos la solidaridad activa con la resistencia ucraniana!
En la medida de sus posibilidades, la LIT-ci juega todas sus fuerzas en el apoyo a la resistencia ucraniana. ¿Qué propuestas les hacemos a l@s trabajador@s y las masas del mundo? En primer lugar, movilizarse para manifestar públicamente ese apoyo, como viene sucediendo en Europa y otras partes del mundo.
Se trata de una guerra en la cual apoyamos la resistencia de un pueblo que combate a su enemigo en gran desigualdad de condiciones. Entonces, la cuestión del armamento y de los suministros militares pasa a ser una cuestión central. Tal como expresan diversas declaraciones de la LIT-ci, apoyamos activamente los esfuerzos del pueblo ucraniano para obtener armas y suministros para defenderse y ganar la guerra. Por eso, creemos que es totalmente correcto movilizarse para exigir de los gobiernos (en especial de los países imperialistas) que entreguen a la resistencia ucraniana las armas y todos los materiales necesarios de modo directo y sin ninguna condición. Reiteramos, estamos totalmente en contra de la entrada de la OTAN en el conflicto, y exigimos su disolución. Lo que decimos es que hay que exigirles a esos gobiernos que entreguen las armas a la resistencia ucraniana directa e incondicionalmente.
De modo especial, apoyamos e impulsamos las acciones que definan tomar l@s trabajador@s a través de sus organizaciones. Por ejemplo, los obreros del puerto de la refinería Ellesmere, en Chesire, Inglaterra, rehusaron descargar petróleo proveniente de Rusia, replicando lo que habían hecho los trabajadores de la terminal de gas de Kent y en puertos de Países Bajos. Según la información, “una oleada de protestas de este tipo se expande por los puertos europeos en respuesta a la invasión de Ucrania”.
Un ejemplo de esta solidaridad internacional que impulsamos es el Convoy de Ayuda Obrera a Ucrania, que se dirige a ese país, organizado por la central sindical francesa Solidaires, de la CSP-Conlutas del Brasil y de la Inicjatywa Pracownicza (Iniciativa Obrera) de Polonia. Cuentan con el apoyo de la organización ucraniana Sotsyalnyi Rukn para fortalecer la resistencia de clase en Ucrania contra la invasión rusa. El convoy es una respuesta al llamado internacional hecho por Yuri Samoilov, presidente del sindicato local de los Mineros y Metalúrgicos Independientes de Krivoy-Rog.
Los ucranianos luchan heroicamente contra la invasión ordenada por el régimen de Putin y las atrocidades que está llevando a cabo en Ucrania. Ya le han infligido derrotas significativas. Han demostrado que la máquina de guerra rusa puede ser derrotada y, con ello, derrotar a un importante colaborador de la contrarrevolución en el mundo. Por eso, la lucha del pueblo ucraniano no es solo por su país. Una derrota del régimen de Putin en esta invasión daría un gran impulso a la lucha de l@s trabajador@s y las masas en la región y en todo el mundo. Esta es hoy la lucha de tod@s l@s trabajador@s del mundo y por eso debe ser tomada como un punto central en los actos de este 1º de Mayo.