Mientras la inflación devora los salarios y la patronal se sigue forrando, Pedro Sánchez y Yolanda Díaz presumen de “reforma laboral histórica” y “paz social”.
Por los salarios y las pensiones dignas: a la calle como en Francia
En puertas del 1º de mayo y en medio de una notable indiferencia hacia esta fecha en muchos sectores de la clase obrera, en puertas de unas elecciones y con un panorama de movilización social que contrasta de forma clamorosa con lo que está aconteciendo en Francia, Gran Bretaña y otros lugares de Europa, el dilema para los sectores obreros que con toda seguridad saldrán a la calle a conmemorar el día internacional de la clase obrera será a qué manifestación ir: ¿a la que contará con la presencia del “gobierno más progresista de la historia”, el que escoltado por los dirigentes de CCOO y UGT y junto a ellos presume de Reforma Laboral y de que “esto no es Francia, aquí hay paz social”?, o salir a la calle porque con estos salarios no hay quien viva, porque la desigualdad social campa a sus anchas, porque hace rato que más trabajo no es menos pobreza, porque se siguen forrando los de siempre a costa de los de toda la vida. Porque progresistas o liberales son todos gobiernos patronales.
Corriente Roja estaremos en la calle junto al sindicato CoBas y el sindicalismo combativo.
Dime de qué presumes y te diré de qué careces
“El Gobierno logró un acuerdo histórico en la Reforma Laboral», “Los contratos indefinidos alcanzan récord históricos”, “la temporalidad se desploma”, dicen los propagandistas del gobierno. “El actual Gobierno ha conseguido que España sea «un país que crece, que crea empleo y que garantiza las pensiones con paz social» dice Pedro Sánchez y rubrica su vicepresidenta Yolanda Díaz.
Y en medio de tan colosal ejercicio de propaganda, baste contrastar esos datos con otros de la realidad. El informe de enero de Oxfam Intermón señala que en 2022 «la inflación ha reducido el poder de compra de los hogares en peor situación un 26% más que el de aquellos con mayores ingresos». Los salarios, en términos reales, cayeron a niveles parecidos a los de la gran crisis. El año pasado los sueldos en convenio aumentaron el 2,8% frente a una inflación media del 8,4%, lo que supone la mayor pérdida de poder adquisitivo en más de dos décadas.
Si la inflación subyacente (la que excluye materias primas y productos energéticos) alcanzó el 7,5%, las subidas del precio de los alimentos resultaron, y siguen resultando, escandalosas, un 15,7% de media en 2022. Otro tanto se puede afirmar de los precios de alquileres e hipotecas con subidas del 25,7% en Barcelona, 21% en Valencia o 11,2% en Madrid.
Los y las trabajadoras estamos sufriendo las consecuencias de la Reforma Laboral del gobierno PSOE-UP, la que aplaudió la CEOE y jalea la burocracia sindical. Su mantra es “la fijeza”, la reducción de la temporalidad y el descenso del desempleo. Pues bien, un desempleo crónico de 3 millones de personas, (registradas y sin contar fijos temporales cuando están sin trabajo) en medio de tan maravillosa marcha de la economía, que alcanza el 30% entre los más jóvenes, ¿es para presumir? Los contratos indefinidos, efectivamente, crecieron en porcentajes sin precedentes, el problema es que 2,8 millones de trabajadores/as (el 75´3% mujeres) tienen contratos a tiempo parcial, que sigue siendo el tipo de contratación más masivo (11´3 millones de contratos en 2022). Los contratos fijos-discontinuos se dispararon, creciendo un 964% respecto a 2021. A las empresas les interesa esta modalidad porque ofrece una enorme flexibilidad y porque al tener el rótulo de “fijos” pueden beneficiarse de las subvenciones a la contratación. El Gobierno maquilla las estadísticas porque todo el tiempo que los y las trabajadoras fijas se quedan sin trabajo no computan como parados. La otra cara es que se han disparado en un 400% el número de trabajadores/as contratados fijos que no superan el periodo de prueba (6 meses), aunque no computen como despidos. Y añádase que se han incrementado en un 137% los despidos por causas objetivas.
Puestos a SUMAR, sería bueno que la vicepresidenta del gobierno sume cual es el resultado de reducir las horas de trabajo y por tanto de ingreso salarial, sea por vía de contratos a tiempo parcial o de fijos discontinuos, y que añada a esa suma la subida del coste de la vida, en especial para las familias obreras. Verá, así, como la suma le da que su Reforma Laboral ha sido y es un atraco a los salarios de los trabajadores/as.
Pueden Pedro Sánchez y Yolanda Díaz seguir haciendo su propaganda grandilocuente apelando al consejo de Protágoras, el filoso griego y padre de la retórica, quien afirmaba que: cualquier cosa es para mí lo que a mí me parece y para ti lo que a ti te parece. Un consejo que todos los postmodernos siguen a pie juntillas porque permite construir relatos sin más base objetiva que la que “a mí me parece”. En rigor los discursos que escuchamos estos días no tienen como destinatarios principales a la clase obrera, sino a las llamadas clases medias y a la aristocracia obrera a quienes la sociedad de la desigualdad no les sitúa en el escalón más bajo de la pirámide social y comparten con los grandes empresarios su amor por la paz social.
Corriente Roja saldremos a la calle junto a CoBas y el sindicalismo combativo
Para exigir subidas salariales según el IPC y cláusulas de revisión salarial que garanticen el poder adquisitivo. Para exigir la derogación de la Reforma Laboral de 2022 y las reformas laborales de Rajoy (2012) y Zapatero (2010) que nos han llevado al escenario de miseria salarial y temporalidad que tenemos hoy o a que se sigan repitiendo EREs como el reciente de Ford España en Almussafes (Valencia). Para reivindicar la contratación indefinida y a tiempo completo para toda la clase trabajadora y acabar con las ETTs y toda forma de tercerización laboral. Para exigir el derecho real a huelga hoy prohibida de hecho en muchos lugares vía los servicios mínimos que impiden su ejercicio.
Para rechazar la enésima reforma que amplia en periodo de cálculo de las pensiones y avanza en la privatización vía los Planes de Pensiones de Empleo. Para exigir un sistema de pensiones públicas a cargo de los Presupuestos Generales el Estado (PGE), revalorizadas automáticamente según IPC, con ninguna pensión por debajo del SMI, desaparición de la brecha de género y derogación de las reformas para que la jubilación ordinaria sea a los 60 años.
Vamos el 1º de mayo a defender los servicios públicos y en particular el que hoy está siendo más desmantelado, la Sanidad. Por una Sanidad 100% Pública y de calidad, por la derogación de la Ley 15/97 que el gobierno actual mantiene y que es la fuente de la que beben los procesos de privatización.
Y en el día internacional de lucha de la clase obrera, no puede faltar la solidaridad con los y las trabajadoras del mundo y los pueblos que enfrentan toda forma de dictadura, opresión e invasiones. Estamos con el pueblo palestino contra el Estado genocida israelí, con la clase obrera y el pueblo ucraniano contra la criminal invasión del tirano Putin. Estamos con la lucha de los y las trabajadoras francesas que marcan hoy en Europa el camino a seguir. ¡Viva la lucha de la clase obrera!
A estos les va de lujo
El informe del Banco de España constata que los beneficios de las empresas crecieron en 2022 siete veces más que los salarios.
Las seis entidades bancarias más grandes alcanzaron un beneficio récord en 2022 tras ganar más de 20.800 millones, «el mayor beneficio de su historia».
Por su parte las compañías energéticas cerraron el ejercicio del citado año con unos resultados de récord en los que las siete principales compañías del sector acumularon unos beneficios netos de más de 19.000 millones de euros que dispararon su promedio de ganancias por encima de los 54 millones de euros diarios, a mucho más de dos por hora.
La fortuna de los mil millonarios españoles creció desde 2020 a un ritmo de 3 millones al día. Para muestra valga un botón: el fundador de Inditex, Amancio Ortega, sigue siendo la persona más rica de España con un patrimonio estimado de 53.500 millones de euros, según la lista de mayores fortunas del país en 2022 publicada por la revista Forbes.
Con el gobierno «más progresista de la historia», no les va tan mal ¿no?