Apoyemos el referendum unilateral con la movilización
El pasado viernes dia 9 de junio, el president de la Generalitat Carles Puigdemont (Junts pel Sí/PDECat) anunció la fecha y la pregunta del referéndum de autodeterminación de Catalunya en el Pati dels Tarongers del Palau de la Generalitat. Bajo la formulación “¿Quiere que Catalunya sea un Estado independiente en forma de República?, Puigdemont dio forma al anuncio que se venía augurando durante las últimas semanas y que ya había suscitado el pronunciamiento de los diferentes grupos políticos. El referéndum se produciría el domingo 1 de Octubre.
Por Evaristo Espigares Garzón
Este anuncio supone la continuación de un camino que lleva a un choque de trenes entre el Estado y Catalunya que se produciría presumiblemente después del verano, una vez el Parlament de Catalunya haya aprobado la reglamentación del citado referéndum y las leyes de desconexión con el Estado español.
A diferencia del anuncio del año 2013 que derivó en la celebración de una consulta popular, hoy podemos observar cómo el espacio de Els Comuns (el espacio que agrupa el viejo reformismo de ICV y EUiA y el nuevo de Catalunya en Comú i Podem) se desmarca de dicha convocatoria, al anunciar sus principales representantes que solo la apoyarán en caso de que ofrezca “garantías jurídicas plenas”[1], como dejó claro el mismo día del anuncio la alcaldesa de Barcelona Ada Colau, con un mensaje en la red social Twitter. También a diferencia de aquel proceso, el 80% del pueblo de Catalunya, favorable según todas las encuestas a la celebración del referéndum, espera que está vez el Govern de la Generalitat no se eche para atrás, como hizo Artur Mas en su día, y pueda decidir libre y democráticamente su futuro.
El cierre de filas antidemocrático del régimen ante el referéndum
Como anunció a finales de mayo el propio Mariano Rajoy en la reunión del Círculo de Economía celebrada en Sitges, a preguntas de los periodistas sobre el previsible anuncio de referéndum unilateral por parte del president Puigdemont: “Ni quiero, ni me lo creo, ni se va a producir”, el Gobierno del PP sigue anclado en sus planteamientos antidemocráticos y se muestra dispuesto a continuar su ofensiva, de momento judicial, contra el legítimo derecho del pueblo de Cataluña a decidir su futuro. No es de extrañar esta postura en un partido defensor a ultranza de un régimen del 78 que es heredero del franquismo reciclado y que blande la Constitución para negar derechos democráticos fundamentales. Una Constitución que se levantó sobre la aceptación de la impunidad de los crímenes del Franquismo, sobre la continuidad de sus aparatos militar, policial y judicial y sobre la negación del derecho de autodeterminación de los pueblos, reivindicación había sido bandera de todos los partidos de izquierda durante el Franquismo y que muchos hoy en día han olvidado.
Los partidos del régimen cierran filas con el Gobierno
Por su parte, aquellos que, como el PSOE, se postulan como alternativa de gobierno frente al PP, y aún más, aquellos que hablan de “regeneración democrática” (Ciudadanos)[2] curiosamente no se separan ni un milímetro de la postura del Gobierno del PP y cierran filas en torno a Rajoy enarbolando también la Constitución del 78 para negar al pueblo catalán su legítimo derecho a decidir su futuro de forma libre y democrática. De momento, y a diferencia de las reacciones al anterior anuncio de la consulta del 2013, exigen que se pongan las urnas para unas enésimas elecciones autonómicas y el PSOE habla de “plurinacionalidad”. Pero son los mismos que han aludido al artículo 155 de la Constitución que prevé suspender la autonomía, han aplaudido el enjuiciamiento de dirigentes políticos catalanes por el proceso de autodeterminación y han enfatizado que los funcionarios que intervengan en el proceso podrían tener problemas de tipo jurídico.
La peligrosa ambigüedad de los Comunes
Mientras tanto, el espacio de los Comunes anteriormente descrito, se muestra peligrosamente ambiguo en cuanto a su actitud hacia el referéndum de autodeterminación: mientras Podem, por boca de su secretario general en Cataluña, Albano Dante, se muestra más proclive a darle apoyo, aunque sin reconocerle el carácter de referéndum,[3], sus colegas de Catalunya en Comú Xavier Domenech, Ada Colau y, sobretodo Joan Coscubiela, condicionan el apoyo a que sea un referéndum pactado y con “garantías jurídicas plenas”, comenzando por el beneplácito de la Comisión de Venecia, organismo del Consejo de Europa de la UE, que recientemente ya se ha pronunciado en contra de la posibilidad de que el Govern de Catalunya pueda convocar por sí solo un referéndum de autodeterminación. Continúan así la línea mantenida hasta ahora, en que se refugian en un acuerdo imposible con el Gobierno del PP o cualquiera de sus alternativas incluida una muy hipotética y lejana mayoría absoluta de Podemos en Madrid, que además, recientemente y a través de su portavoz Pablo Echenique, ha criticado firmemente la opción unilateral de Puigdemont[4].
En definitiva, vemos como los Comunes, incluidos a su pesar en el Pacte pel Referéndum, están en contra del mismo, pues lo hacen depender de condiciones imposibles de cumplir como ya ha quedado demostrado (¿voluntad política del Gobierno Rajoy? ¿apoyo de la oposición al Gobierno? ¿aval de las instituciones internacionales? ¿mayoría absoluta de Podemos en el Parlamento estatal?…). Ante esta tesitura, el repetido y manoseado lema de los Comunes por una confederación libre de Catalunya con el resto de pueblos del Estado, se antoja una vez más, falsa.
Junts pel Sí: ¿esta vez va en serio o vamos hacia otro 9-N?
En las filas soberanistas se enarbola en esta ocasión el discurso de que esta vez el órdago no se quedará en una simple consulta popular como pasó en el año 2014 sino que se llegará hasta el final y con todas las consecuencias con el referéndum unilateral y vinculante. Sin embargo, y atendiendo a los precedentes, cabe dudar sobre la coherencia entre sus palabras y sus hechos[5]. Por su parte la CUP se ha mostrado a lo largo de estos meses como una fuerza auxiliar del Govern Puigdemont, haciendo de muleta izquierda en aras del referéndum, comenzando por la propia formación del gobierno y continuando por la aprobación de unos presupuestos presentados como los más sociales de la historia por el Govern Puigdemont pero que no son sino un nuevo ataque en profundidad hacia la clase trabajadora y el pueblo de Catalunya. Estos presupuestos no revierten los grandes recortes del Govern Mas y tan solo maquillan el presupuesto en Educación luego de las movilizaciones del profesorado del pasado 18 de Enero.
Más allá del anuncio de Puigedmont: convocar y celebrar efectivamente el referéndum
A pesar de la pompa con que fue anunciada la fecha y la pregunta del referéndum, cabe exigir al Govern que, a diferencia de Artur Mas en 2014, no solo anuncie y convoque el referéndum, sino que también asegure su celebración. Cabe recordar que el de 2014 se trocó en consulta sin validez jurídica debido al vergonzoso paso atrás de Artur Mas que evitó el choque de trenes, cediendo a las presiones de la burguesía catalana y traicionando los intereses del pueblo cuando tenía el pronunciamiento a favor del 95% de los ayuntamientos catalanes para ayudar en el montaje de la infraestructura y celebrar el referéndum. Cabe exigir por tanto a Junts pel Sí que respete su palabra y vaya hasta el final en sus promesas; tienen la obligación de convocar y celebrar el referéndum. Por su parte los Comunes tienen la obligación democrática de apoyar y legitimar dicha convocatoria, si de verdad dicen defender el derecho a decidir y la confederación libre entre pueblos.
Por nuestra parte, apoyamos al 100% el legítimo derecho del pueblo de Cataluña a decidir libre y democráticamente su futuro. Defendemos a capa y espada una unión libre de pueblos y, por tanto, abominamos de esta unión forzada consagrada por la Constitución del 78, que es una cárcel de pueblos. Apostamos además, por la integración de Cataluña en una Confederación de Repúblicas ibéricas libres, en lucha por una Europa socialista de los trabajadores y los pueblos en ruptura con el monstruo antidemocrático de la UE al servicio de los intereses de las grandes multinacionales y corporaciones capitalistas.
[1] El País, 10/6/2017. Podem:”No es un referéndum, pero no daremos la espalda a las urnas” A. Piñol y C. Orquín. Página 19
[2] http://www.vozpopuli.com/actualidad/nacional/Albert_Rivera-Ciudadanos-Regeneracion-Rivera-regeneracion_democratica-no_nacidos_en_democracia_0_806019394.html 11/5/2015
[3] El País, 10/6/2017. Opus cit.
[4] La Vanguardia 6/6/2017. “Podemos crítica la senda unilateral de Puigdemont” Pedro Vallín. Página 16.
[5] La Vanguardia 10/6/2017. “Puigdemont inicia la cuenta atrás del referéndum que fija para el 1-O”. Josep Gisbert y Álex Tort. Páginas 16 y 17.