La tasa de temporalidad del Estado español es la más elevada de la UE (26%), en 2019 una de cada tres personas asalariadas tuvo, al menos, 3 contratos temporales. 5,5 millones de personas están trabajando a tiempo parcial menos horas de las que querrían. El paro en personas de menos de 25 años es del 40%, el más alto de la UE. Y, como no, este escenario se ceba en las mujeres, que representan el 74% de los contratos a tiempo parcial.
Las últimas reformas laborales han permitido la destrucción de derechos y condiciones laborales, pérdidas de convenios colectivos, despidos y precarización general de la población.
Mientras tanto, el precio del alquiler ha crecido exponencialmente los últimos años en Cataluña y mucho más en las principales ciudades, haciendo que el número de personas que trabajan en situación de pobreza no pare de crecer, como también crecen los beneficios empresariales y financieros.
La estafa de la crisis financiera sigue produciendo estragos después de 12 años, tras modificar el Art. 135 de la Constitución para priorizar la deuda a la banca, ahora asumiendo formalmente como deuda pública los 35.000 millones de euros del parque inmobiliario de la SAREB, abonado por el estado a bancos y cajas.
El Estado envía sus cuerpos represivos (Policía, guardia civil mossos de escuadra, ertzaintza, guardia urbana) a echar miles de familias con violencia para garantizar el derecho de los grandes tenedores a especular con nuestras vidas.
Este último año la pandemia sanitaria ha evidenciado el cáncer que suponen la falta de soberanía farmacéutica y las externalizaciones y privatizaciones de servicios por el conjunto de la población. Buena parte de los llamados “fondos europeos de recuperación” serán en forma de deuda que habrá que empezar a devolver desde el 2023 poniendo otra vez los servicios públicos en el punto de mira de la distopía neoliberal en la que nos estamos adentrando.
Pero respondemos:
Como no puede ser de otra forma la olla social da señales de estar a punto de estallar. Las protestas por la represión contra Pablo Hasél canalizan el enfado general existente contra la represión, sea a artistas, sindicalistas o luchadores sociales. Los sindicatos combativos siguen creciendo y generando más conflicto a empresas y sectores productivos, no solo frenando a la patronal sino haciéndola retroceder más a menudo. La lucha feminista consolida organización y movilización contra el patriarcado de forma potente. El movimiento por la vivienda sigue marcando ejemplo de resistencia y victorias por todos y todas. El antifascismo y solidaridad antirrepresiva agrupa organizaciones y colectivos de forma diversa y plural.
Desde la Mesa Sindical de Cataluña exigimos que, gobierne quién gobierne para este Primero de mayo de 2021:
- Derogación total y completa de las Reformas Laborales del PSOE y PP. La clave de la precariedad.
- No al pacto de Toledo ni a nuevos recortes en materia de pensiones. No a fondos privados, sí a pensiones públicas y mínima 1.080€ a los 65 años
- Renta Básica universal de emergencia social para garantizar que accede todo el mundo que lo necesite, incremento del SMI a 1.300€.
- Reducción de la jornada laboral a 30 horas, reparto de todos los trabajos.
- Uso social de la totalidad de los inmuebles de la SAREB. Hagamos nuestras las reclamaciones del movimiento de la vivienda en este ámbito. Prohibición de los desahucios sin alternativa.
- Sanidad, dependencia y educación públicos 100%, basta de financiar la concertada, priorizar la Atención Primaria.
- Planificación pública y participativa urgente por la transición ecológica y energética que impida la extinción.
- Derogación de la Ley de Extranjería y cierre de los CIE’s.
En este contexto de luchas tenemos que incrementar tanto los espacios de coordinación como de fortalecimiento mutuo para poder golpear con más fuerza. Hacemos un llamamiento a:
Nuestras afiliaciones a participar en aquellos colectivos anticapitalistas y sociales que consideren. A unir nuestras manos, pues la lucha sindical y social son parte de la misma lucha.
A la clase trabajadora catalana: a organizarse cada cual/una en el sindicato combativo que considere. Esta es la clave que permitirá que las luchas obreras sigan creciendo y haciendo retroceder la precariedad que nos ahoga. No hay ninguna otra forma que nosotros mismas.
A las organizaciones y movimientos sociales: a centrarnos en nuestras coincidencias y participar conjuntamente tanto en las manifestaciones del 1º de Mayo como en todo combate coordinado contra la lacra que atenta contra nuestras vidas: el capitalismo.