Llevamos más de siete meses de gobierno del “Ayuntamiento del cambio” liderado por Manuela Carmena (lista de confluencia Ahora Madrid) y se confirman las declaraciones de la alcaldesa, que llamó al programa lista de sugerencias. El programa por el que votaron miles de trabajadoras hablaba de remunicipalización de los servicios públicos, así como de rescate del pueblo de Madrid. Los grandes ejes de ese programa no se están cumpliendo y se da más atención a los actos simbólicos que poco afectan a la vida de la gente común, como la pancarta “Welcome Refugees” colgada en la sed del ayuntamiento.
Por Alfredo Jimenez, trabajador de la EMT de Madrid y de la plataforma por la remunicipalización de la limpieza
La principal propuesta de Ahora Madrid fue la remunicipalización de los servicios públicos. No se cansaron de repetirlo durante toda la campaña, que fue cerrada con un video de Enrique Pirobe, jardinero y militante de Corriente Roja. El pueblo de Madrid confió que se llevaría a cabo la remunicipalización, se echaría a las empresas de los ayuntamientos y acabarían los contratos de la Botella; pero ha pasado el tiempo y todo sigue igual. No fueron capaces ni si quiera de retirar los ERE´s y los ERTE´s. Es cierto que hay servicios que se han remunicipalizado o municipalizado, pero son poco significativos. Los verdaderamente importantes, en los que están metidos las grandes constructoras y las grandes empresas, siguen privatizados.
Carmena podría plantear una confrontación común del Ayuntamiento, los sindicatos y las trabajadoras contra las empresas. La burocracia sindical tampoco contribuye en esta lucha al poner trabas al proceso de remunicipalización, todo por no perder sus grandes privilegios. Ha habido muchas oportunidades para demostrar las intenciones de remunicipalizar. La primera fue el centro deportivo Barceló, al que el Ayuntamiento no tenía en frente ningún tipo de oposición para revertir la privatización, y, sin embargo, prorrogó el contrato a la concesionaria. No se preocupó si se estaba ofreciendo un buen servicio ni si existían condiciones laborales precarias. Solo se dedico a firmar, olvidándose de su programa.
Le siguió el 010, donde se produjeron las mayores contradicciones sindicales, donde hubo movilizaciones de las trabajadoras y se abrieron las negociaciones para la remunicipalización. Se crearon dos mesas de negociación con el objetivo de dividir y confundir la lucha. Una con el Ayuntamiento y los sindicatos que están en la mesa de empleo público y otra con los representantes sindicales del 010.
Mientras en la mesa de empleo público la burocracia sindical mantenía su posición firme, de echar a los trabajadores si se remunicipalizaba el servicio, en la otra mesa se convocaban movilizaciones para presionar el poder público. Ahora Madrid estuvo bailando entre dos aguas: la burocracia sindical y la empresa a un lado, y las trabajadoras del 010 al otro. Finalmente, se mantuvo el contrato a Ferrovial, otra gran constructora. Carmena prefirió proteger y mantenerse al lado de la burocracia sindical y de la empresa, en lugar de estar al lado de las trabajadoras.
Hubo un tiempo en que casi todos los servicios públicos eran municipales. Cuando se decidió privatizarlos no hubo excusas, los privatizaron sin más. Y ahora, cuando verdaderamente tenemos la oportunidad de volver a hacerlos públicos, ponemos todas las excusas posibles para no enfrentarnos a los grandes saqueadores del pueblo de Madrid. Los argumentos en contra de la remunicipalización son numerosos. Dicen que no son legales, que los contratos están blindados, que no se pueden mantener los puestos de trabajo. Sin embargo nos preguntamos ¿dónde estaban esas excusas cuando privatizaron los servicios? Se privatizaron sin ningún criterio objetivo, tan solo se difundió para la opinión pública que no eran rentables. Una gran falacia.
No valen las excusas cuando se trata de cumplir un programa electoral. Gritamos en las calles FUERA LAS EMPRESAS DE LOS AYUNTAMIENTOS. No valen los despidos, esos servicios eran municipales y ahora los trabajadores no tienen porque pagarlos. Hay que organizarse para llevar a cabo las remunicipalizaciones. Están surgiendo plataformas para la remunicipalizacion de los servicios públicos, pero eso no es suficiente, porque están funcionado más como un lobby de presión que como instrumento de movilización. Hay que conseguir movilizar a la clase obrera y al pueblo, sin ellos ningún cambio será posible.