El tratado de libre comercio que nos quieren imponer las grandes burguesías estadounidenses y europea se trata de un intento de allanar el camino a la liberalización extrema del mercado, con la consiguiente desregulación de las leyes laborales y el aumento de las ganancias de los empresarios especialmente en lo que respecta a las empresas multinacionales.
Por Adri L., de Madrid
Se tratarían de tratados impuestos continente a continente ante el fracaso o la insuficiencia de los tratados más globales. El comandante en jefe Barak Obama y sus secuaces se han puesto de acuerdo para modificar nuestra realidad a golpe de tratado continental. Además del TTIP, enfrentaríamos a nivel mundial el CETA, entre Canadá y la Unión Europea (vía de entrada de las propias multinacionales de EEUU que también operan en este país y tienen acuerdos especiales); el TPA, con los países del Pacifico (desde Australia a Vietnam pasando por Perú), y los tratados específicos ligados al TTIP, como el TISA, que impulsa la privatización de los servicios públicos.
Estas ofensivas no se producen por casualidad, responden al intento norteamericano de no perder el predominio económico y comercial, utilizando sus socios europeos para mejor posicionarse en la disputa comercial con los países emergentes, especialmente China y Rusia. Este camino ha sido bautizado no sin razón por Carlos Taibo como la creación de una OTAN económica.
¿Que plantea el TTIP?
A grandes rasgos podríamos resumir el tratado como la homologación en términos de peores condiciones laborales, comerciales y mercantiles entre la Unión Europea y los EEUU. Esto significaría grandes desregulaciones en el mercado laboral, en la formulación de las patentes, en la producción agrícola y alimentaria, entre otras.
En la agricultura significaría primero, grandes dificultades para competir para los agricultores europeos, que hoy gozan de la protección de unos aranceles al 13% y que tendrían que competir con una agricultura más industrializada y más extensa (13 hectáreas de media en Europa frente a 170 hectáreas en los Estados Unidos), donde se permite el uso de transgénicos y determinados pesticidas prohibidos por la legislación europea, que tarde o temprano terminaran siendo permitidos si se aprueba el tratado.
Para las condiciones laborales de los trabajadores europeos significaría un paso más en los ataques y reformas laborales que ya se están produciendo. EEUU se ha mantenido al margen los acuerdos de la OIT relativos a la libertad sindical, el trabajo infantil y la negociación colectiva. El derecho a huelga está restringido e incluso las vacaciones y las bajas no siempre están cubiertas, así como la indemnización por despido a nivel federal.
El TISA (Trade In Services Agreement), tratado que acompaña al TTIP, profundizaría el camino que ya marcaron el GATS y el AGCS (Acuerdo General del Comercio de Servicios) de cara a comercializar los servicios públicos. Muchas otras cuestiones se verían afectadas, como la posibilidad de un control y distribución más laxo de los medicamentos en los Estados Unidos, cuya legislación permite que se produzcan a posteriori, una vez que los productos ya estén en circulación. Tampoco se tendría que plantear un estudio que demostrase sus efectos, cuya realización también se haría a posteriori.
Las principales características del TTIP
- Todo el plan se está llevando en absoluta clandestinidad, solo 7 personas han tenido acceso al tratado en Europa y no pueden divulgarlo. Tampoco hay ningún debate democrático ni información durante todo el proceso previo a la aprobación.
- La joya de la corona serían unos tribunales de arbitraje específicos privados que juzgarían de manera privada y con criterios mercantiles la actuación de los Estados frente a las multinacionales, ya recogidos en el acuerdo ISDS (Acuerdo sobre diferencias entre Inversores y Estados).
No hablamos por tanto de un paso más, sino de un salto en la desregulación comercial. Es la respuesta que las grandes economías tienen para afrontar la enorme crisis económica mundial que se inició en el 2008 y todavía está lejos de solucionarse: liberalizar la economía, reducir las barreras arancelarias, desregular el mercado laboral. Todo eso para aumentar el nivel de plus valía extraído a los trabajadores con el objetivo de mantener las tasas de ganancia a niveles aceptados por las grandes empresas. Algunos analistas hablan de una nueva guerra fría comercial para reubicar el bloque EEUU-UE a nivel mundial.
Ante esto no es de extrañar la respuesta de los grandes partidos tradicionales (PP y PSOE) y de algunos de la nueva política, como Ciudadanos, que se han mostrado a favor del proyecto. Aunque algunos, como el PSOE, estén a favor y de manera hipócrita planteen derogar reformas laborales cuando en realidad este acuerdo va mucho más allá.
No es menos cínica la posición de los nuevos y viejos partidos de izquierdas que se posicionan en contra pero nos dicen que hay que salvaguardar la Unión Europea. Una UE que se encarga día a día de defender, al servicio de la Troika, los recortes y el ataque a los derechos de los y las trabajadoras y el pueblo en general. De esta forma, su posición, que podría parecer consecuente, en los hechos se convierte en la defensa de los grandes mecanismos de explotación vigentes, la UE y el Euro.
No podemos caer en el canto de sirena que, ante esta disputa comercial entre distintos países y sus respectivas burguesías, debemos apoyarnos en una de ellas contra la más fuerte, lo que significaría ubicarse junto a Rusia y China contra UE y EEUU. No estamos de acuerdo con este planteamiento. Desde los movimientos y plataformas contrarias a la aplicación del TTIP, debemos construir nuestra propia alternativa, de las y los trabajadores y los pueblos, independiente de las empresas y los gobiernos. La única manera de derrotar el TTIP es luchar contra todos los países imperialistas y las burguesías sub imperialistas, como la rusa y china.
Por otro lado, debemos luchar contra las bases de la OTAN (Rota, Morón) en nuestro propio territorio, aprovechando para ello las movilizaciones del día 10 en Sevilla y Madrid (12:30 Frente a la embajada de los EEUU). Debemos luchar por construir los Estados Socialistas Unidos de Europa.
¡Abajo el TTIP, CETA y TISA!¡Obama Go Home!¡Ningún apoyo a ningún Imperialismo o burguesías nacional! Por una Europa Socialista de los Trabajadores y los Pueblos!